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La plaza Ramón y Cajal, más conocida como la plaza del Ayuntamiento de Aguadulce ha retumbado hoy con el grito unánime de un pueblo cansado, como dicen muchos vecinos. A las 13.00 horas, vecinos de todas las edades han llenado el corazón del municipio en una manifestación que ha simbolizado el hartazgo ante la violencia, la inseguridad y la impunidad.
Convocados a través de carteles que clamaban contra las agresiones, las amenazas y las carreras ilegales de motos, los asistentes han pedido más protección y control. «Cansancio y miedo tras las agresiones, inseguridad, delincuencia, impunidad y amenazas», rezaba uno de los mensajes difundidos en redes sociales.
José Ramón Montaño, alcalde de Aguadulce: «Manifestamos nuestro más enérgico rechazo a todo acto de violencia, venga de donde venga, y nos solidarizamos con las personas afectadas y sus familias»
Frente a la puerta del Consistorio, el alcalde de Aguadulce, José Ramón Montaño, ha leído un manifiesto cargado de firmeza. «Elevamos nuestra voz con profunda preocupación y firme determinación ante los recientes actos de violencia que han perturbado la paz de nuestro municipio», ha afirmado.
El primer edil ha recordado el carácter pacífico de Aguadulce: «La violencia, en cualquiera de sus formas, es una afrenta a nuestra identidad y a nuestro deseo de vivir en paz.» Los vecinos, atentos a sus palabras, han interrumpido en varias ocasiones con gritos de «¡Okupas fuera de nuestro pueblo!»
Alcalde de Aguadulce: «Estamos finalizando el proceso selectivo de dos plazas de policía»
Montaño ha insistido en la necesidad de confiar en las autoridades. «Debemos dejar trabajar a los cuerpos y fuerzas de seguridad», ha dicho. También ha anunciado nuevas medidas: «Estamos finalizando el proceso selectivo de dos plazas de policía» y «se va a realizar una fuerte inversión para mejorar y ampliar nuestro sistema de videovigilancia municipal».
El alcalde ha concluido su intervención llamando a la unidad:
«Trabajaremos unidos y con determinación para construir un Aguadulce libre de violencia»
Una vecina toma la palabra: «No podemos normalizar lo que no es normal»
Acto seguido, la vecina Libertad Benítez Gálvez ha subido a un banco con un megáfono en mano. Su discurso ha encendido los ánimos. «La única víctima que hay aquí es el pueblo de Aguadulce», ha proclamado ante los aplausos.
Benítez ha denunciado que el problema no es reciente: «Llevamos mucho tiempo sufriendo esta situación de forma esporádica, ahora más acentuada». Ha compartido su experiencia personal: «Yo iba en el coche que me quería echar cuerpo a tierra porque no sabía cómo podía terminar aquello».
Con fuerza, ha llamado a la unidad vecinal: «Hoy estamos aquí para hacer una demostración de fuerza y unidad. Si nos tocan a uno, nos tocan a todos». Ha insistido en que el problema no entiende de colores políticos: «Aunque yo sea de otro partido, si amenazan a mi alcalde, me están tocando a mí».
Finalmente, ha propuesto institucionalizar esta unión mediante la creación de una comisión conjunta de vecinos, asociaciones y partidos: «Nos merecemos un Aguadulce libre de miedo y violencia».
Contexto de la tensión: disparos, agresiones y miedo en las calles
Según vecinos consultados, la tensión ha estallado tras varios incidentes graves. El pasado martes, se produjo un enfrentamiento armado entre un vecino propietario y miembros de familias que según explican los vecinos «son ocupas».
La situación se agravó este mismo viernes por la noche, cuando varios menores en motocicletas, según nos detallan los vecinos presuntamente «relacionados con estas familias», pasaron a gran velocidad junto a las mesas de un bar. Al recriminarles su actitud, «un ciudadano británico recibió una agresión por parte de los jóvenes».
Estos hechos, han disparado la alarma social en Aguadulce, empujando a la ciudadanía a salir a la calle.
La Guardia Civil interviene para calmar los ánimos
El ambiente de la manifestación, aunque en su mayoría pacífico, ha llegado a tensarse. Al grito de «¡Okupas fuera!», varios grupos han elevado el tono. La Guardia Civil ha intervenido para separar a los más exaltados y evitar altercados mayores. La jornada ha terminado sin incidentes graves, pero con un mensaje claro: Aguadulce ha dicho basta.
