Mi estancia en Osuna

Soy de un pueblo de Huelva, pero vivo en Málaga hace 27 años. Mis desplazamientos desde Málaga a mi pueblo casi siempre han sido en tren y siempre que pasaba por Osuna, sentía ganas de conocerla: sus calles, sus edificios, sus gentes.
Pasaban los años y lo iba aplazando en el tiempo hasta que este año aproveché que mi hija venía a Málaga, y, sin pensármelo, le dije: ‘me voy contigo, pero déjame en Osuna’.
De esta forma, el día de Andalucía me quedé en Osuna cuatro días, para conocerla lo mejor que pudiese y me dije a mí misma que intentaría vivir momentos inolvidables, empapándome de todo: sus calles, sus casas, sus edificios emblemáticos y sobre todo, sus gentes.
Quiero decir que encontré todo lo que necesitaba. Cada uno de los momentos vividos en Osuna fueron únicos e irrepetibles. Disfruté mucho con el buen ambiente que había. Desde los recepcionistas del hotel, los camareros de los bares, los chicos y chicas de la oficina de turismo; hasta ese anciano, que con una gran sonrisa me quería ayudar porque andaba por la calle despistada; todos con ese agrado y la bondad reflejada en sus rostros, supieron darme esos días ese cariño que siempre en la vida nos gusta recibir.
Agradezco al pueblo de Osuna todo lo que me dieron, y prometo volver pronto, de verdad que sí. Sin ellos, esos días nunca podían ser tan especiales como fueron
Gracias por esas vivencias, os llevo en el corazón.
Asun