Más importante que las elecciones
Ya pasaron las elecciones municipales y autonómicas, cuyo resultado es el lógico pago de la sociedad a quien decía una cosa y hacía otra, a quien pregonaba verdura y vendía pescado. Aún les ha quedado clientela en algunos puestos del mercado, pero ha sido porque había vínculos previos, deudas previas. Si no ¿de qué?
Tristemente a estas personas, les ocurrirá igual que a España con Europa (tierra aparentemente de todos, pero realmente más de unos que de otros). Y es que más tarde o más temprano, se acabaran las “subvenciones”, y ahí te veas que yo ya salvé lo mío, y el que venga atrás que arree.
Pero no olvidemos que nuestra sociedad, demanda cambios muy profundos, y en ningún momento podemos esperar que estos cambios los promuevan estos partidos y estos políticos. Sería ingenuo. Les recuerdo: Perro no come carne de perro.
Por supuesto que los amos siguen siendo los mismos y están en Madrid, Santander, Suiza, U.S.A. o donde sea, que sólo y parcialmente, se ha producido un cambio de administrador del cortijo. Pero esto no deja de ser un poco de aire fresco, y consecuentemente debe alentarnos, si no esperanzas, sí ánimos para seguir.
Probablemente, en las próximas fechas, los nuevos triunfadores, harán una política local y autonómica, más justa, incluso justa. Es más, puede que la hagan eficaz, en tiempo y forma, como dicen los juristas.
Una constante en los organismos públicos españoles, es que siempre prima la fidelidad (al de arriba) frente a la eficacia en el desarrollo de la función.
Tampoco debemos esperar demasiado. Muchos de estos señores están pendientes de juicio, y no precisamente por multas de tráfico, por lo que es de esperar que al afianzarse más en el poder, utilicen éste para quitarse muertos de encima. Montesquieu, o ha muerto o está en la UCI para desgracia nuestra, y si no repasen sentencias recientes, o métodos de nombrar magistrados.
España está viviendo un momento histórico. Por favor, no lo desaprovechemos. Esperemos las cosas, de aquello que depende de nosotros, no de lo que depende de los demás, en este caso, de estos políticos “profesionales”, sus amos, y esta ley electoral. Debemos unir nuestra voz a la de tantos miles de españoles en una protesta como jamás se ha visto aquí. Es necesaria, es pacífica, es razonable, es ordenada, no tiene una ideología política única, en resumen: ES JUSTA.
¡Ah! Se me olvidaba, aprovechemos que por fin ¡Se ha acabado la liga de fútbol!
José Mª Sierra
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