Manolo «El Canina» un ursaonés residente en Granada

Manuel Torres Sánchez nace en Osuna en el año 1931 y es conocido en el mundo del flamenco en su ciudad de adopción ,Granada, como Manolo Osuna y en nuestro pueblo como Manolo “ el Canina “. Pertenece a toda una saga de cantaores gitanos como son los Torres empezando por la mítica saetera Carmen Torres, que ha dado nombre a uno de los concursos de saetas de más prestigio y con más solera de cuantos existen. Otros miembros de esta saga son Frasquito Torres, José Torres “El Caracolé” y Manuel Torres Torres conocido como “Chiquito Osuna”o “el Pitusa”. Sus primeros pasos en el mundo del flamenco no fueron fáciles , como la de todos aquellos que vivieron la guerra y la postguerra. Lo que si es verdad es que Manuel ha estado vinculado al cante desde que tiene uso de razón. Con apenas 12 años se desplazó a Puente Genil en donde coincidió y alternó con otro chiquillo llamado Antonio Díaz “Fosforito”. En Osuna por aquel tiempo se juntaron, casi todos de la misma edad, una baraja de chavales que luego todos llegarían a vivir del flamenco: El Chato de Osuna (que durante muchos años fue con Carmen Amaya y que le ha cantado a bailaores como “El Güito”, Cristóbal Reyes, Juan Quintero o Pilar López), el Lele de Osuna (un guitarrista que ha hecho casi toda su vida artística en Málaga y que es un especialista en el toque de los cantes de Málaga), Paquillo el de la Lobita conocido en Madrid como Paco Osuna (afincando desde los años 50 del siglo pasado en la capital de España), Manuel Torres Torres, Chiquito de Osuna, el bailaor Enrique Osuna y su hermano Marcelino , Jarillo y Manuel Torres Sánchez “Manolo Osuna”. A la edad de 14 o 15 años se fue a Málaga. Allí conoció a un guitarrista que lo llevó a la venta “Los Platillos” y empezó a ganarse la vida como cantaor. A la edad de 17 se marchó a Granada para prácticamente no moverse más de allí. El recuerda que la primera noche ya empezó a ganarse la vida con su cante. Se reunían en la Plaza Gamboa y se desplazaban a la Venta del Álamo, a la venta Zorayda y a la Mosca. Estuvo contratado en los jardines Alberto de Granada junto a Pepe Albaycín. En el Sacromonte eran muy frecuentes las reuniones flamencas y allí se juntaban Curro Albaycín, Pepe Amaya, Paquito Amaya, la Mona y Juan Moreno Maya “Juanillo el gitano” Manolo Osuna era muy amigo de Antonio “el de la Calzá” de cuyo fandango tiene la mejor versión que se ha grabado hasta la fecha . “El de la Calzá” ya de mayor visitaba a su amigo Manuel Torres en Granada y tenía problemas con la voz. Un día fueron a un bar cuyo dueño era un gran seguidor del “Calzá”. El único cante que se escuchaba allí eran los fandangos de Antonio Tovar Rios. Manolo Osuna para que su amigo no se llevase un mal rato al escuchar sus fandangos le dijo al dueño del bar que por favor no pusiera esos fandangos. Tan mal le sentó que se negó a ponerle copas para que se marcharan. A todo esto el dueño del bar no sabía que el que acompañaba a Manuel era el de la Calzá. Después de insistirle mucho les puso otra copa y el Calzá haciendo un gran esfuerzo y con un gran amor propio hizo un fandango suyo y el tabernero, confundido, le dice: “El único que puede cantar por fandangos del Calzá de esa manera es él” A lo que este respondió: “Es que Antonio “el de la Calzá” soy yo” De las pocas veces que Manuel decide marchar fuera de Granada lo hace a Madrid requerido por Gitanillo de Triana para que le cantase a su suegra Pastora Imperio así como a Matilde Coral y Rafael “El Negro” coincidiendo en la sala Torres Bermeja con Roque Montoya “Jarrito” y con los también granadinos Juan Carmona “Habichuela”, Juan Fajardo Maya “Marote” y con el jerezano Fernando Terremoto. Estando en Madrid le ocurrió que en una sala de fiestas donde lo contrataron para cantar el dueño le dijo que era muy serio y que lo que cantaba era muy triste y debía hacer algo más alegre. La respuesta de Manolo Osuna no pudo ser más rotunda: “Es que lo que canto no es para reirse. Le tengo mucho respeto a mi trabajo y a lo que represento” En Madrid dura muy poco. Concretamente un año.Y no es porque le faltara el trabajo. Es porque se acordaba mucho de sus hijos que eran pequeños y se vino para su Sacromonte granadino. Yo creo que de haberse atrevido a viajar y a salir con mayor frecuencia es más que probable que se habría erigido en una de las grandes figuras cantaoras de siempre. En Granada después de venir de Madrid se busca la vida cantando en fiestas, reuniones y durante años en las salas “El rey Chico” y “Neptuno”, en el tablao “Reina Mora” y en la cueva del Sacromonte llamada “La Bulería” Manolo Osuna tiene un sello personal que imprime su brillante voz, que está especialmente dotada para el flamenco, unido a la seriedad con que ejecuta los cantes y su enorme calidad no solo artística sino también humana, lo que le ha hecho granjearse el respeto y la admiración de cuantos le conocen , de los flamencos y de la afición. A nuestro pueblo llevaba Manuel muchos años sin venir . En el año 1980 nos visitó con motivo de un festival que se celebró en la Merced y entre otros artistas tuvo como compañeros a Lebrijano, Bambino, Faico y Lolita Flores. La peña cultural flamenca “ la siguiriya” le dedicó su VIII CICLO FLAMENCO EN OSUNA y el 24 de noviembre de 2007 en el paraninfo de la Universidad recibió el respeto y el cariño de su pueblo.