Luces y sombras

Luces y sombras, hoy me toca lidiar entre luces y sombras, plaza del descollado, amulento, brincos de cuernos largos, un negro implacable reverbera en la arena ¿Por dónde el envite? ¿Por qué costado se acerca?

Mil manoletinas defendiendo el aire, mil capeos vanos, mil palabras con sudor, mil lágrimas furtivas escondidas entre cuchillos largos. Y ella… acercándose. Lenta, fría; llama que consumes rescoldos, ascuas de tiempo, disponiéndote a apagarla.

¿Por dónde el envite? ¿Por qué costado se acerca?

Amamantada de dudas, hoy no sé si la muerte se acerca porque el pensamiento se rinde o si el pensamiento se rinde ante la cercanía de la muerte.

Dudas, dudas, dudas… hoy… me toca lidiar entre luces y sombras.

Tal vez esté equivocada y tu vida no penda de tal hilo, tal vez esté equivocada y debiera tirar la toalla haciéndome a la idea de tu falta, tal vez, la noche no sea noche y el sol aguarda sepiterno esperando pasen estas horas largas, estos días caducos y este mar: labrantío de dolores que te gastan las entrañas.

Y quiero mirar más allá de la tarde aliementada del maná de la espera que pula mi mirada, más allá de tus huesos dilapidando los fantasmas, y quiero mirar… pero creo, que por más que me afano no veo, no veo horizonte florecido ni amapolas primaverando el horizonte. Aluvión de pasos cortos, invierno encallado en tu bastón, hoy… entierras mi optimismo.