Los grandes clubes también fueron modestos. El Madrid y el campo vallado de O’Donell

Todos los grandes equipos de fútbol del mundo algún día también fueron pequeños y modestos, sirva este artículo como ejemplo de uno de ellos.
El actual Real Madrid Club de Fútbol ganador de multitud de copas y considerado el mejor club de todos los tiempos por mucho que le pese a los culés, se fundó en el año 1902 como Madrid Foot-Ball Club y jugó en la primera década en terrenos abiertos al público como cuando yo era pequeño y en Osuna lo hacíamos en los campos de la pileta o en la era.
Es en 1912 cuando se inaugura el campo de fútbol de O´Donnell que estaba situado entre dicha calle y la de Narváez, muy próximo a la plaza de toros de Las Ventas. El terreno, un pétreo descampado propiedad de Don Laureano García Camisón y cuyo alquiler anual era de mil pesetas, precisaba ser vallado para poder cobrar las entradas al público asistente que cada vez era más numeroso.
Para ello se realizó una suscripción entre los socios y allegados, y por supuesto no faltó la firma del vicepresidente Paragés (el Florentino de la época) quién avaló con su rúbrica que se pudiese ejecutar la frase muy castellana y un poco lapidaria de “poner vallas al campo” y que Adrian Piera (el Sacyr de entonces) adelantara la madera para tal efecto.
Dicho vallado costó 6.000 pesetas, y la realización de la caseta amplia y confortable de los vestuarios, con cuartos de aseos muy ventilados incluyendo lavabos y duchas, así como la tribuna con capacidad para 216 espectadores elevó el presupuesto en otras 7.000 pesetas más. Dicha grada fue diseñada e ideada por el gran defensa central “Chefo” Irureta. Además del vallado propiamente dicho, se realizó una separación entre los jugadores y el público para que éste no invadiera el terreno de juego cuando los volantes corrían por la banda. Las dimensiones del campo de juego
eran de 115 x 85 metros.
En aquella obra, todos, y cuando digo todos se incluye al propio Paragés, el resto de miembros de la Junta de Gobierno, a Santiago y su hermano Marcelo Bernabéu, y muchos otros jugadores de la época (no como Cristiano Ronaldo) cogieron el pico y la pala para ahorrar jornales (los recortes ya existían).
La inauguración oficial fue el 31 de Octubre de 1912, con un torneo de 2 partidos contra el Sporting Club de Irún poniéndose en juego la copa Excelsior, y según cuentan las crónicas del ABC de la época “hubo una gran entrada para ver a uno de los mejores equipos que han desfilado por Madrid. Todos sus jugadores son realmente buenos, sin que uno solo desmerezca del resto de ellos. Se combinan muy bien y poseen un precioso juego de cabeza, aunque extrañaban, quizás, algo el campo de arena. El Madrid merece la más sincera enhorabuena por haber empatado a cero
con un equipo de la categoría del Sporting. Todos sus equipiers tuvieron una gran tarde”.
La general del público costó 2 reales, aunque el fondo era algo más barato (los palcos vip´s aun no existían).
El segundo partido, disputado al día siguiente como era costumbre de la época (igualito que los futbolistas de ahora), lo ganó el Sporting por 4 a 1, y es que sus jugadores, me imagino que ya se habrían acostumbrado a jugar en tierra.
Por supuesto no os voy a cansar con las alineaciones de los dos encuentros, pero el Madrid en el segundo día tan solo cambió a Albéniz por Fernando López Bourbon como medio volante izquierdo, y entonces no había posibilidades de cambios durante el encuentro (se terminaba con los 11 que empezaban el partido).
En dicho terreno jugó el Madrid hasta 1923, año en el que los avances urbanísticos de la villa deciden al propietario a construir y es que las recalificaciones no la inventaron los políticos actuales.
Mi abuelo fue de los socios que aportaron voluntariamente dinero para tal obra, y el justificante que lo atestigua dice expresamente que dicha cantidad será reembolsada en época oportuna.
Yo estoy meditando en pedir a Florentino Perez que me devuelva el dinero que aportó el progenitor de mi familia con los réditos que corresponden desde aquella fecha, ya que pienso que el momento actual es el más oportuno e idóneo para solicitarlo.
Carlos de la Puerta Lomelino