Los faroles de la Virgen del Amparo de Sevilla
A mediados de noviembre procesiona en Sevilla la Real, Venerable e Ilustre Hermandad de Ntra. Sra. del Amparo, desde la Real Parroquia de Santa María Magdalena. Se trata de una de las procesiones de gloria de las llamadas serias, de gran caché, una de las más importante y fundamentales entre las hermandades de gloria sevillanas. Tradicionalmente se le considera el broche de oro en el ciclo de las letíficas de la capital.
A la soberbia imagen de la Virgen del Amparo, talla de Roque de Balduque del S. XVI, le acompaña un ajuar riquísimo que no la desmerece en nada. Su paso fue ejecutado a finales de los años 20 del pasado siglo en el taller de Antonio Corrales en madera tallada y recientemente vuelto a dorar. Y aquí viene el interés que nos despierta a los cofrades ursaonenses y el motivo del presente artículo: sus cuatro recios candelabros de guardabrisas se encuentran rematados, cada uno, por un farol de cobre plateado labrados por Jorge Ferrer en 1927. Dichos faroles toman como modelo el ostensorio de nuestra Colegiata en el que se expone el Santísimo Sacramento y se procesiona cada año durante la procesión del Corpus Christi. Este ostensorio es una pieza labrada en plata dorada y se data en el S. XVI.
Sobre una base circular emergen dos figuras que, dándose la espalda, sostienen un poco encorvadas el cuerpo superior del ostensorio, que adopta una forma hexagonal. Cada lado, con pequeños arcos de medio punto con cristales, permite ver su interior, donde está el viril para exponer la Ostia consagrada. De cada vértice del hexágono pende una campanita que, con el movimiento del paso, emite un peculiar sonido que nos avisa de la presencia real de Jesús. Se remata el ostensorio ursaonense por una bóveda hexagonal culminada por un crucifijo.
Esa peculiar forma hexagonal es la que sobresale, y por el color de la plata destaca, entre los candelabros de guardabrisas de la Virgen del Amparo sevillana. Precisamente dicho hexágono y los pequeños arcos de medio punto con cristales han facilitado al orfebre adaptar el modelo de ostensorio al de farol. En su caso, se remata en vez de por una cruz por un corazón alado, símbolo característico y distintivo de la Virgen del Amparo.
No sabemos si, cuando se labraron los faroles sevillanos, existió un contacto personal entre el orfebre Jorge Ferrer, algún miembro de la entonces junta de gobierno y alguien de Osuna. Quizá simplemente el conocimiento y valoración del importante ostensorio de nuestra Colegiata le sirvió de inspiración.
La riqueza influencia renacentista y barroca, tanto en patrimonio inmueble como mueble, de nuestro pueblo sin duda va más allá de nuestros límites locales y en muchos casos no somos conscientes de ello. Esta idea los cofrades debemos tenerla en cuenta más aún cuando encargamos (como actualmente se hace) piezas de orfebrería de escaso mérito, calidad y hasta de proporción con respecto a nuestras imágenes procesionales. Debemos mirar a nuestro entorno para que nos sirva de musa en busca de la originalidad, antes de dejarnos cegar por los precios económicos y los diseños repetidos de talleres de orfebrería de dudosa profesionalidad.
Foto Virgen del Amparo: www.rafaes.es
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Fundado el 24 de noviembre de 2006 en Osuna (Sevilla).
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