Los 4 elementos imprescindibles para una sala de estar fantástica
Se pudiera pensar que una sala de estar se resume en la inclusión de un buen sofa y una televisión de plasma. Sin embargo, estudios que van desde la decoración hasta la psicología afirman que este método arcaico es inviable, no sólo a nivel de belleza y decoración, propiamente dicho, sino también a nivel de impacto emocional y sensación de autoestima. Lo que convoca al acierto de decir que una sala de estar es mucho más que un lugar para ver la televisión o jugar videojuegos.
De igual forma, se pudiera pensar que una sala de estar es un lugar que hay que dotar de mil objetos distintos, cada uno con mayor valor económico que el anterior. Ese abarrote de espacio ocupado y de posterior tránsito forzoso tampoco supone una buena decisión. Porque, al ser la sala de estar la habitación central del hogar, de la cálida familia, se necesita crear una sensación de equilibrio, de armonía, de espacio.
Para hacerlo se necesitan amalgamar 4 elementos imprescindibles que, valga redundar, toda sala de estar fantástica debe llevar consigo.
La superficie que da sensaciones de espacio
El primer elemento imprescindible de una sala de estar fantástica es uno de los que más se echan de menos, siempre. Hacemos referencia a las mesas de centro. Es, por defecto, la única superficie plana donde colocar todo tipo de cosas que debe existir dentro de la sala. Las demás superficies estarán, sabido está, ocupadas por equipos como el televisor, una pequeña lámpara o hasta cuestiones tan triviales como una pecera.
Pero, es la mesa que se coloca en el centro del salón la que permite orientación, ubicación y espacio dentro de todo el lugar. Si no está, hace ver al lugar mucho más pequeño. Si está, da amplitud y permite hacer mil cosas adicionales dentro de la sala.
Tener en cuenta en primer lugar, pero elegir de último
Lo principal en esto es tenerla presente desde el primer momento en el que se planifique la renovación de la sala de estar. Pero, sin embargo, la mesa debe elegirse de último, cuando ya los siguientes dos elementos han sido tenidos en cuenta. De esa manera nunca se equivocará en la elección de los materiales, de las formas, de los tamaños y hasta de los estilos, asunto muy importante para mantener una decoración cónsona y no desencajar en ningún momento.
Materiales y formas que combinen con todo
Si no se tienen niños en casa, se pueden utilizar mesas de cristal. Al ser un material sin ningún color, queda bien en cualquier tipo de espacios, sin distinción de tamaños o estilos. Sin embargo, si se tienen niños en casa la mejor opción es la madera. Se descarta el cristal por sus bordes, que pueden resultar peligrosos para los más pequeños en caso de alguna eventualidad.
Entre tanto, las formas deben ser simples, para que la mesa destaque más por su sencillez y funcionalidad que por sus elaboradas formas, y acabe entorpeciendo visualmente.
La practicidad es la palabra clave del asunto
La mesa que se coloca en el centro de la sala de estar, a menudo entre el televisor y el sofá, nunca debe ser más alta que el asiento de este último. Si lo es, acabará achicando la sensación de espacio en lugar de ampliarla. Del mismo modo, nunca debe sobrepasar el 50% de la longitud del sofá. De lo contrario, señalan los expertos, se torna ridícula su inclusión dentro de la habitación.
El sillón donde reposan las post jornadas
El segundo elemento importante dentro de una sala de estar es el sillón. Y es que los sillones son a las salas de estar como las sartenes a los cocineros. Pero no todos quedan bien adaptados a los espacios ni a los estilos, por lo que su escogencia correcta incidirá directamente en el resultado final de la sala, de cuán fantástica logre ser al final de la jornada.
Precisamente, al finalizar las jornadas las familias se encuentran en el sillón de la sala. Por eso, escogerlo correctamente influirá en la comodidad, en el confort y hasta en el estado de ánimo de los que lo utilicen día tras día.
Escoger siempre determinando el tamaño
Salvo casos concretos, la mayor parte de las salas de estar españolas son pequeñas. Por lo tanto, utilizar sillones quiere decir incorporar únicamente uno a la sala. De no hacerlo así se corre el riesgo de abarrotar el espacio con sillones y obstaculizar, situación que de ninguna manera facilita a la comodidad ni a la satisfacción.
Si se tiene una sala medianamente espaciosa, se pueden usar sofás de tipo cheslong, que son lo suficientemente largos y cómodos como para cuatro integrantes, son elegantes como para servir de recibidor para las visitas y son prácticos como para trabajar con un ordenador portátil o mirar la televisión.
Para este tipo de salas también se recomiendan los sofas camas. A diferencia de los primeros, estos tienen una ventaja adicional: se puede dormir en ellos. Son relativamente más anchos que los Chaise Longue, pero no son tan largos.
Escoger calidad antes de lo barato
Es tentador escoger un sofá por el precio final que se pagará. Pero, este es uno de los rubros donde lo barato suele salir bastante costoso. La calidad de un sofá suele estar asociada directamente al precio. Es por ello que los sofás, mientras más costosos pero accesibles sean, mayor durabilidad garantizarán.
Así que si no se quiere gastar en un sillón nuevo cada 12 meses, lo mejor es incrementar un poco el presupuesto y darse el lujo de tener sillones que duren años en la sala de estar sin perder vigencia, vitalidad, color y brillo.
Escoger estampados de acuerdo al tamaño de la sala
El estampado o tapizado de cada sofá influye visualmente en el tamaño de la sala. Es por eso que cuando se elige un sofá también se está eligiendo de qué tamaño se quiere ver la sala la próxima vez. Los sofás que tienen líneas horizontales aumentan la anchura, mientras que los que tienen líneas verticales aumentan la altura de la habitación. Los que tienen líneas diagonales o los que incorporan horizontales y verticales son los mejores para salas pequeñas.
Los sofás que tienen un único color, sin líneas, son ideales para salas medianas, suelen tener más estilo y estatus. En caso de que se decante por alguno de este tipo, el aumento del tamaño visual de la sala puede quedar en manos del tercer elemento de esta lista.
La luminosidad y el aprovechamiento de los pliegos
En los hogares pequeños, la sala de estar es sala, comedor, salón para estudiar, leer y trabajar desde casa. Su iluminación resulta, por tanto, imprescindible.
Lo primero que se debe lograr en este aspecto es una buena proporción de luz natural. Para ello, el uso de ventanas transparentes, con marcos aislantes, suele ser la opción más inteligente para gozar de mucha luz durante todo el día.
Cuando llega la noche, la utilización de lámparas que acentúen lugares puntuales es lo mejor, para no ocupar tanto espacio en la sala. La mesa del centro del salón suele usarse para esto, sino es que está dispuesta para otras actividades. Los apliques de pared o las lámparas empotradas también resultan de utilidad, ya que la ocupación del espacio es prácticamente nula.
En las salas de estar medianas y grandes, se deben utilizar las esquinas o pliegos de la pared para colocar la iluminación. En este caso, para que esta sea uniforme, se deben utilizar lámparas de pie.
Como consejo general: la luz siempre debe ser cálida y uniforme. La creación de sombras produce cansancio en la vista.
La armonía que concede la generación de ambientes naturales
Estar en armonía dentro del hogar es posible. Mientras muchos se amparan en rutinas elaboradas de Feng Shui o terapias orientales, a veces no hace falta más que un elemento natural que sirva de ancla al cuerpo, le devuelva un poco de paz y le renueve las energías después de una jornada, como casi todas, ajetreada.
Utilizar un florero, una planta con mucho color verde, y en invierno utilizar flores vívidas, es una fórmula que no debe faltar en lo infaltable para una sala de estar fantástica. Aunque algunos especialistas prescinden de estos elementos, y los suplen por otros más futuristas y metálicos, la falta de verde en el interior de un hogar se asocia a diversas patologías. Si la sala es muy pequeña y se piensa que no entrará en ningún lugar un florero grande, una buena opción es probar con plantas muy pequeñas, como los cactus.
Así, con una planta, buena luminosidad, un sofá y una mesa que orienten y den comodidad, se construye una sala de estar perfecta. El quinto elemento, en este caso, es sacarle el mayor provecho.
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