Linares de la Sierra y sus ursaonenses
Cada vez que visito este pueblo de 811 habitantes enclavado en el entorno de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche descubro algo nuevo, sus calles, sus senderos, su Iglesia, sus tradiciones, sus gentes…
No es mi idea ejercer de guía turístico y mucho menos de escritor, pero mientras estoy oyendo a Dylan, Lay lady lay, me siento delante del teclado a observar las instantáneas tomadas a través del visor de mi cámara en mi última visita a Linares de la Sierra (Huelva), y me siento abstraido de esta soleada tarde de domingo, un día después de que el Barsa tirara la Liga contra el equipo de la capital de este país de recortes. Cómo no, si es que este pueblo tiene un encanto especial, un no se qué -que se dice- que nos hace sentir nuevos a María José y a mí, y a las niñas también, claro.
Cúpido es el responsable, él hizo que Juan Carlos, mi amigo de la infancia, se enamorara de Adely, una sevillana originaria de Linares de la Sierra.. Los dos comparten con sus amigos su casa de los findes en la Sierra.. Su casa y su pueblo porque “Santi” es un implicado guía urbano.
Este último fin de semana visitamos la panadería, con su horno y su “pan de pueblo”, no sin antes haberlo encargado por teléfono para evitar quedarnos sin él, pero lo que más me llamó la atención fue cuando nos acercamos al panadero y Santi me lo presenta como el Alcalde del pueblo. Yo lo flipo, le digo que la mayoría de Alcaldes no trabajan y el Alcalde-Panadero, con su pañuelo de cuatro nudos en la cabeza, me dice: en Linares sí.
De vuelta nos refrescamos con el agua de la Fuente Nueva, nos hacemos la preceptiva foto, y observamos unos nubarrones en lo alto de la montaña, es hora de una cerveza en “el bar del paisano”. El primer día que entré en este bar no podía creer que en un profundo valle a 10 km. de Aracena, la cerveza me la pusiera alguien que comenta que se ha criado en la calle Sevilla, en la calle Sevilla ¡de Osuna!. Yo soy hermano de Enrique Castillo, no sé si lo conocéis… Nuestro paisano alegra el bar con la música de un grillo que tiene en una jaulita que alguien hizo a mano. El bar en cuestión está en un llano, que no hace mucho era de albero (al estilo del de La Colegiata, que también se empedró) y que de vez en cuando se convierte en un Plaza de toros, donde la sombra de un alcornoque hace de tendido de sombra. Linares es otro mundo.
Al atardecer seguimos con nuestro seguimiento a la gente del pueblo y vamos al bar de Lorenzo, reformado desde la última vez que lo visité, en una mesa apuran su vino los abuelos del pueblo,
Hablando con los “abuelos del lugar” nos enteramos de que D. Manuel Silva, “médico del seguro” de todos los de mi generación ejerció su profesión en Linares de la Sierra, aunque no coincidió con un maestro escuela también de Osuna que se llamaba D. Manuel Bernal y que estaba casado con Margarita. El mayor de todos y de todo el pueblo, 88 años, me cuenta cómo se ha ganado la vida… ¡vendiendo pescado!, yo busco con la mirada una cámara oculta y los invito a un “chato”. No me lo puedo creer, este fin de semana no se me olvidará en mucho tiempo.
Jamones con sello ursaonense
Del techo de este reformado bar cuelgan una gran cantidad de jamones, jamones criados en Linares, alimentados a base del fruto de la gran cantidad de encinas que se crían en las afueras y alrededores del pueblo junto a los alcornoques, pero jamones con sello ursaonense, una vez más. Si antes hablábamos del paisano ahora estamos en la tienda de “la paisana”. Un despacho de ibéricos regentado por una familia de Osuna, afincada en Linares que hace algún tiempo tuvo una tienda como ésta en la Plaza de Esparteros. Seguro que conocéis a mi familia, los Quirós… El mundo es un pañuelo.
El Domingo de Resurrección al terminar la misa se realiza la tradicional rifa del piñonate, dulces elaborados por la gente del pueblo y que se rifan mediante una baraja de cartas en la puerta de la Iglesia, nos quedamos con las ganas de probarlos, ya que no se ponen a la venta. Juan Carlos que tuvo suerte en años anteriores nos dice que está buenísimo.
En la tarde del Domingo nos marchamos a Osuna no sin antes despedirnos de este encantador pueblo y de toda su gente que se concentra al solecito en muchas esquinas del pueblo.
Volveré para seguir escribiendo sobre este pueblo, sus senderos, sus tradiciones, su gastronomía, su cultura…
José Antonio Díaz
Periódico joven, libre e independiente.
Fundado el 24 de noviembre de 2006 en Osuna (Sevilla).