Leganés 1 – Sevilla 0 | El Sevilla se autoflagela en Butarque
- Los de García Pimienta caen ante un recién ascendido y suman su sexta derrota en trece partidos de Liga
Hay caras que son un poema, que reflejan de manera nítida e inmejorable una situación. Pocos ejemplos habrá tan claros para ilustrar dicha afirmación como la de García Pimienta a eso de las once menos cuarto de esta noche, cuando el fichaje más caro de esta temporada, Agoumé, ha tirado por tierra pasado el minuto ochenta cualquier atisbo de opción de puntuar en el campo del Leganés protagonizando en el minuto ochenta el enésimo esperpento individual de un jugador del Sevilla en lo que va de temporada.
El semblante del técnico catalán en el oportuno primer plano televisivo podría ser perfectamente una elegía, un lamento desesperado como los que firmaban Miguel Hernández o García Lorca, aunque en este caso mucho menos emocionante, claro está. No podía creer que el centrocampista francés, convocado hace unos días con la Sub 21 de Francia y que hasta el momento estaba firmando un partido aseado, se empeñara en sacar de la nada un penalti en contra y salir expulsado en el mismo envite.
Penalti y expulsión
Con el balón perfectamente controlado y su portero de frente, Agoumé se queda cortísimo en el pase a Álvaro Fernández, provocando que un atacante pepinero optara a alcanzar el balón, sin quedar muy claro si llegaría a conseguir dicho propósito. Nunca lo sabremos porque el ex del Inter de Milán cogió por la calle de en medio y agarró descaramente a Cissé. Autoflagelación: pena máxima y roja directa.
La incredulidad del preparador era más que lógica. ¿Tiene culpa García Pimienta de que por segunda jornada consecutiva uno de sus jugadores cometa una calamidad sonrojante de tamaña envergadura? La que perpetró Marcao hace seis días y la que ha cometido esta noche el mediocentro de origen camerunés no son reprochables al entrenador, es simplemente el trasunto del paupérrimo nivel de los futbolistas con los que entrena cada mañana en la Carretera de Utrera. Donde no hay mata, no hay patata. Punto.
¿De qué sirve intentar mejorar en las jugadas a balón parado? ¿Para qué cambiar el sistema? ¿Es útil la permuta del extremo izquierdo con el delantero? Estas y otras preguntas se van al limbo cuando un jugador toma una decisión errónea que frisa con lo inexplicable y que recuerda a una de esas acciones de aquellos míticos partidos benéficos de cantantes contra toreros. No obstante, la falta de concentración e intensidad sí se puede mejorar. Aspectos que el preparador ex de Las Palmas demanda en cada rueda de prensa pero que es incapaz de enderezar sobre el verde.
El partido, un auténtico tostón
Hasta ese momento el partido había estado tremendamente aburrido e igualado (a nada). Todo apuntaba a un reparto de puntos justo y me atrevería a decir que necesario antes del parón. El empate hubiese servido para estar un pasito más cerca del objetivo capital de esta temporada, amarrar la permanencia cuanto antes. Pero no pudo ser. Es hora de quitarse la venda de los ojos, el Sevilla Fútbol Club no está para absolutamente nada que no sea quedar entre los 17 primeros clasificados.
De inicio, el técnico catalán introdujo tres variantes respecto al triste partido del domingo ante la Real Sociedad: Gudelj retrasó su posición hasta el eje de la defensa en detrimento de Marcao –ya advertimos en la crónica de la pasada jornada que el central brasileño había comprado muchas papeletas para pasar al ostracismo por culpa de su brazazo al cuello del rival donostiarra que fue castigado con un penalti (probablemente el más claro de lo que va de Liga junto con el de Agoumé, por supuesto)–; Iheanacho, pese a la tremenda pifia a puerta vacía ante la Real, se hizo la foto como titular, ocupando el extremo izquierdo del ataque sevillista (posición con aura de maldición tras las lesiones de Ejuke e Idumbo), mientras que el intrascendente Sow completó el centro del campo en lugar de Juanlu.
Nulo en ataque
Los hispalenses salieron instalándose en campo rival, sumando varios córners que esta ocasión sí crearon peligro, aunque no se convirtieron en goles, eso son palabras mayores para este Sevilla de entreguerras. Lo de la delantera blanquirroja (por segunda jornada consecutiva los puntas no han disparado a puerta), que hoy vestía de negro, va camino de pulverizar todos los récords negativos. Ni Isaac, ni Iheanacho, ni Peque han conseguido marcar un solo tanto en trece partidos. Se antoja difícil igualar esta ‘gesta’.
También conviene quitarse la venda de los ojos cuanto antes con eso ya manidísimo de que la sequía goleadora de Isaac Romero es cosa de rachas. Cuando un delantero ha disputado 25 partidos en LaLiga y solo ha metido 4 goles no es por casualidad. El lebrijano ha estado errático durante todo el encuentro. Ni de lejos le salva fajarse y trabajar mucho, porque además es mentira. Ha perdido muchísimos duelos, ha controlado mal casi todos los balones que le han llegado y ha mandado a las nubes la ocasión más franja de que ha dispuesto.
Parón liguero ¿convulso?
Habrá que ver cómo son los días por Nervión durante este parón liguero. Habrá que ver si hay un golpe en la mesa por parte ¿de quién? El Sevilla se ha instalado en la mediocridad más absoluta y la falta de ambición en la nota predominante. Se hablará de errores puntuales, se hablará de las muchas bajas que tiene ahora mismo el equipo y se hablará de que la plantilla entrena bien y está con el entrenador. “Este año estamos empezando un proyecto a largo plazo”, recuerden.