Las previsiones se han cumplido
No es fácil tomar decisiones basadas en predicciones meteorológicas con hasta cuatro días de antelación. Mucho menos lo son si esas decisiones afectan a miles de personas, de instituciones y de trabajadores de todos los sectores.
Con audacia y, sobre todo, con sentido común comenzaron a aparecer el primero de enero las noticias de los municipios que adelantarían sus Cabalgatas al día 4 de enero. Alcalá de Guadaíra, Coria del Río, La Puebla del Río o Aznalcóllar fueron algunos de los pioneros. Ellos abrieron la veda para que prácticamente toda la provincia de Sevilla secundara su decisión y este año por primera vez en la historia en la inmensa mayoría de lugares haya sido el día 4 un día de caramelos, sueños e ilusiones en las calles.
En Sevilla, el Ateneo también hizo lo propio. No sin dudas. Las normales, pues no era una decisión fácil. Aquí estaba en juego, sobre todo la ilusión de los más pequeños y podía ocurrir que tanto trabajo, sueños y sorpresas cayeran en saco roto.
Tal y como anunciaban las previsiones desde final de año, este cinco de enero desde primera hora de la tarde la lluvia ha hecho acto de presencia en la provincia de Sevilla de oeste a este. En la mayoría de los municipios no están siendo excesivamente copiosas, pero sí lo suficiente como para suspender las Cabalgatas o acabar con todos los niños mojados a pocos días de la vuelta al colegio.
Hoy toca aplaudir la decisión del Ateneo de Sevilla y la de todos los ayuntamientos de la provincia que decidieron adelantar sus cabalgatas de Reyes Magos al día previo a la víspera de la Epifanía. Todos, sin proponérselo, se han puesto de acuerdo en preservar la ilusión por encima de la tradición. Con determinación, valentía y gran atrevimiento, pero con el foco puesto en los niños y el acierto ha sido evidente.
Ojalá el bien común y pensar siempre primero en los niños, en los más inocentes y en los más débiles estuviera siempre en el centro de aquellos que toman decisiones relevantes en nuestras vidas.