Las elecciones autonómicas las carga el diablo. Capítulo 2.
El pasado 17 de enero afirmaba, en un artículo publicado en este medio, que Feijóo se lo juega todo a una carta puesto que, si BNG y PSOE logran arrebatarle la mayoría absoluta, el nuevo objetivo de la derecha política y mediática madrileña será su cabeza. Lo dicho, las elecciones autonómicas las carga el diablo.
En aquel momento, todas las encuestas vaticinaban un paseo militar para el PP. Sin embargo, solo 26 días después, la batalla gallega está más abierta que nunca, con un BNG superando el 30% en intención de voto y con los populares tendentes a la baja.
Un proceso electoral es una interpelación entre los candidatos y el electorado. Quien elige bien las preguntas, suele encontrar las respuestas adecuadas. El PP optó inicialmente por plantear la elección como un plebiscito contra Sánchez y pudiera parecer, viendo la evolución de la campaña, que esa no es la pregunta que los gallegos quieren contestar. En el preelectoral del CIS, la amnistía ni aparece entre los problemas mencionados por los gallegos y solo el 20,3% votará en base a los temas generales de España.
La noticia acaecida este fin de semana, en relación a que Feijóo valoró el indulto condicionado e incluso se estudió una posible amnistía para recabar los apoyos de Puigdemont a su investidura, ha generado aún más desconcierto en los populares, inmersos en una campaña que entra en su última semana con las espadas en todo lo alto.
Es paradójico que en un escenario electoral donde los dos partidos que conforman el gobierno de España no alcanzan, entre ambos, el 20% en intención de voto, lo que termine estando en discusión sea el liderazgo de Feijóo. En los cenáculos del poder conservador de la villa y corte ya afilan los cuchillos, en caso de que el próximo domingo el PP pierda uno de sus principales feudos. La política, al fin y al cabo, es una cuestión de expectativas.
Lo dicho. Las elecciones las carga el diablo.
TORRE DE CONTROL
Soy de la generación boomer. Por tanto, tengo ya una edad. Fundador de Dialoga Consultores. Es decir, datos, estrategia y comunicación, por ese orden.
La política, mi pasión y profesión. El Betis, mi bandera. Ah, y una última cosa. Siempre con Hispanoamérica en mi cabeza.