La ursaonense Marina Pinto rediseña el botijo andaluz adaptándolo a los entornos de trabajo actuales

- Fabricado con materiales duraderos y respetuosos con el entorno, como es el barro, este rediseño se posiciona como una alternativa sostenible a los recipientes de plástico desechables

Porrón, búcaro, pipo, pipote, cachucho, piporro, pirulo, ñañe, pichilín… En todos los rincones de Andalucía, el botijo ha sido un utensilio indispensable cuando los frigoríficos aún no tenían wifi, ni Instagram mandaba en lo que era estéticamente viral.
Todo aquel que conozca qué es un botijo, estará de acuerdo con que su definición podría ser cualquier palabra como pureza, tradición o artesanía, una pieza que evoca las propias raíces de nuestra tierra, Andalucía. En cada hogar, el botijo ocupaba un lugar central, era un objeto indispensable para las familias y es algo que cada vez está más en desuso hoy en día.
Con tan solo 21 años, Marina Pinto, nacida en Osuna (Sevilla) y diseñadora de producto, ha creado Buche, un rediseño del tradicional botijo andaluz que combina funcionalidad, sostenibilidad y una estética minimalista pensada para oficinas y espacios de trabajo. Inspirado en los volantes de flamenca, «Buche sintetiza el movimiento y la forma de estos elementos tradicionales en una versión modernizada, que celebra el pasado sin perder de vista las necesidades actuales de sostenibilidad» afirma la joven diseñadora.
«La concepción de Buche surge del deseo de preservar un objeto tan emblemático de la cultura andaluza, adaptándolo al contexto de hoy, ya que, tener un botijo es no solo es disfrutar de una tradición viva sino que es una herencia familiar y cultural», asegura la diseñadora ursaonense.
Un rediseño que supone una alternativa sostenible a los recipientes de plástico
Fabricado con materiales duraderos y respetuosos con el entorno, como es el barro, este rediseño se posiciona como una alternativa sostenible a los recipientes de plástico desechables o las neveras, pues, el botijo enfría el agua de forma natural, sin químicos ni consumo eléctrico.
Este nuevo botijo incorpora una base en forma de cuenco que protege las superficies de trabajo de posibles manchas de humedad, permitiendo que sea utilizado con comodidad en escritorios donde coexisten la tecnología y el diseño.
Con esta adaptación, esta joven diseñadora da nueva vida a un objeto tradicional, no solo como pieza decorativa, sino como un símbolo práctico y cultural, ideal para aquellos que buscan elementos significativos en sus espacios.
Buche invita a redescubrir y revitalizar el uso del botijo, transmitiendo un mensaje de orgullo por la identidad andaluza y de compromiso con el planeta, en un momento donde la sostenibilidad se ha vuelto esencial.
Este proyecto es un homenaje a las raíces y la cultura andaluza de su creadora, uniendo pasado y presente en un diseño que celebra el arte y la utilidad.
La joven diseñadora confiesa a El Pespunte que este modernísimo botijo aún no está a la venta y que si surge la oportunidad con algún empresario estaría encantada de poderlo comercializar.
