
El satélite Sentinel-3 del programa Copernicus, operado por la Agencia Espacial Europea (ESA), ha detectado temperaturas de hasta 54 grados en la superficie terrestre de Sevilla. La imagen, captada el 29 de junio, forma parte del monitoreo de la intensa ola de calor que afecta a buena parte de Europa occidental.
El instrumento a bordo del satélite no mide la temperatura del aire, sino la del suelo. Utiliza un radiómetro que detecta la energía térmica emitida por la superficie terrestre. Por eso, los valores registrados pueden ser varios grados superiores a los que marcan los termómetros convencionales.
En el mapa térmico difundido por la ESA, Sevilla aparece como uno de los puntos más calientes del continente. Otras ciudades como Zaragoza (47 ºC) y Madrid (45 ºC) también presentan temperaturas superficiales extremas. El Mediterráneo muestra igualmente aguas más cálidas de lo habitual.
El origen del episodio está en un domo de calor, un sistema de altas presiones que atrapa aire seco y caliente. Esta estructura se está desplazando hacia el este y arrastra masas de aire aún más cálidas desde el norte de África, intensificando el fenómeno.
Las autoridades insisten en la importancia de evitar la exposición directa al sol, hidratarse con frecuencia y prestar especial atención a personas vulnerables. Los expertos recuerdan que este tipo de situaciones podrían volverse más frecuentes con el avance del cambio climático.
