La saturación de los servicios sanitarios: la historia interminable


Cada año se repite la misma historia y parece no tener solución: «los servicios de urgencias están desbordados y los centros de salud masificados». Este fenómeno es especialmente evidente en esta época del año, cuando varias enfermedades víricas respiratorias afectan a buena parte de la población, a lo que se añade la necesidad administrativa de justificar ausencias laborales y escolares. La situación tiene consecuencias negativas para los pacientes, los profesionales sanitarios y, en última instancia, para el sistema sanitario en su conjunto y la sociedad en general.
Cuando alguien se siente enfermo, suelen planteársele varias opciones para buscar atención:
- Solicitar cita con el médico de cabecera: Esta es la opción más recomendable para enfermedades leves, que suelen mejorar con autocuidados y medidas sencillas.
- Acudir al centro de salud sin cita previa: En este caso, en comunidades como Andalucía, se accede a la “consulta de acogida”. Esta consulta, atendida por enfermeras, ofrece orientación sobre autocuidados, medicamentos comunes y, si es necesario, deriva al médico de cabecera.
- Visitar el servicio de urgencias de atención primaria (donde esté disponible): Aquí, el paciente es atendido por un profesional sanitario de guardia, generalmente sin necesidad de cita previa.
- Ir directamente al servicio de urgencias hospitalarias: Esta opción debería reservarse para casos graves o enfermedades derivadas por un médico de atención primaria.
Para enfermedades comunes como las víricas actuales, las dos primeras opciones suelen ser suficientes. En caso de optar por un servicio de urgencias, es mejor evitar las horas nocturnas y, especialmente, las últimas horas de las guardias, cuando los errores médicos pueden ser más frecuentes.
Varios factores explican por qué muchas personas eligen acudir a urgencias por este tipo de enfermedades:
- Dificultad para conseguir cita con su médico de cabecera en un tiempo razonable.
- Demanda de inmediatez: La idea moderna de querer resolverlo todo al instante.
- Incertidumbre y sensación de gravedad: El malestar genera ansiedad en muchas personas.
- Falta de educación sanitaria: Numerosos pacientes no saben cuándo acudir a urgencias o qué puede resolverse con autocuidados.
- Presión social o información errónea: Opiniones de familiares, amigos o información online, como el Dr. Google, pueden influir negativamente.
El impacto en los profesionales: La sobrecarga laboral de los profesionales sanitarios también es un problema recurrente. La combinación de alta demanda, periodos vacacionales y la falta crónica de personal en algunas áreas genera un incremento de errores médicos y una percepción por parte de la población de menor calidad en la atención que reciben. Esto puede llevar a los pacientes a buscar segundas opiniones, contribuyendo aún más a la saturación.
Para abordar este problema, se requieren medidas concretas y enfocadas a los diferentes actores de la asistencia sanitaria:
- Fortalecer la atención primaria: Incrementar las plantillas, ampliar horarios en épocas de alta demanda y ofrecer incentivos adecuados a los profesionales son pasos esenciales.
- Campañas de información: Educar a la población sobre cuándo acudir a urgencias y cuándo es más adecuado solicitar una cita con el médico de cabecera.
- Fomentar el autocuidado: Promover hábitos saludables y enseñar por parte de la administración a manejar síntomas comunes y enfermedades leves.
- Apoyar la autojustificación sanitaria responsable: donde los trabajadores pueden justificar ausencias cortas mediante una autodeclaración sin necesidad de un certificado médico, y los padres gestionan las faltas escolares leves de sus hijos sin intervención sanitaria.
- Crear vías rápidas para casos graves: Implementar sistemas de priorización mediante protocolos claros, con la participación activa de enfermería.
- Capacitar e informar a la población: Explicar de manera accesible cómo funciona el sistema sanitario y cómo utilizarlo de forma eficiente.
La saturación de los servicios sanitarios en periodos de alta demanda no es un problema nuevo, pero sí reiterado. Con la combinación de medidas preventivas, educativas y estructurales, es posible aliviar la presión sobre el sistema sanitario y garantizar una atención de calidad para todos. Recordemos que un sistema sanitario fuerte empieza con una atención primaria eficiente, una gestión adecuada de los recursos sanitarios públicos y una población bien informada.

QUIERO CURARTE
Médico de pueblo. Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Médico Ilustre del Real e Ilustre Colegio Oficial de Médicos de la provincia de Sevilla.
Autor del Blog: www.medicorural.es