
Hoy rescatamos una palabra de esas que parecen sacadas de un tratado antiguo, pero que cada vez asoma más en conversaciones sobre bienestar, filosofía vital y autocuidado emocional: ataraxia.
¿Qué significa “ataraxia”?
Según la Real Academia Española, ataraxia es la imperturbabilidad del ánimo. Es ese estado de serenidad total en el que nada externo —ni bueno ni malo— consigue alterar la calma interior. Una especie de refugio mental frente al ruido del mundo.
Origen y etimología
El término proviene del griego antiguo ἀταραξία (ataraksía), que significa sin turbación. Fue una idea central para las escuelas filosóficas del estoicismo, el epicureísmo y el escepticismo, que veían en la ataraxia la clave para alcanzar la felicidad.
Para los filósofos griegos, quien lograba la ataraxia vivía libre de miedos, deseos desordenados y pasiones desbocadas. No era indiferencia, sino una actitud lúcida y equilibrada ante la vida.
Una curiosidad extra
Aunque suena a palabra antigua, ataraxia se está reivindicando en pleno siglo XXI. La cultura del mindfulness, el auge del estoicismo como filosofía práctica y la búsqueda de paz mental en tiempos de hiperconexión han hecho que este término vuelva a circular en artículos, podcasts y libros de autoayuda.
De hecho, en las últimas semanas la palabra ha ganado presencia en redes sociales asociada a frases motivadoras y reflexiones personales. Y es que en tiempos revueltos, la ataraxia no parece un mal plan.

Redactora de El Pespunte