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La Navidad y la calle

La Navidad y la calle

Salgo a la calle buscando un no sé qué, un poco de compañía, algo de alegría o algo de paz y felicidad. Me ciegan las luces (eso sí, de bajo consumo), y los adornos navideños han cambiado la imagen de fachadas y escaparates. Pero lo que más impresiona es la actitud de la gente, un ir y venir incesante calle arriba, calle abajo, un salir y entrar en comercios, montones de bolsas en la manos con innumerables compras para comer o para regalar, besos y abrazos entre unos y otros, deseando paz, amor, felicidad…

De pronto le veo venir entre la riada de gente: no va cargado de bolsas con regalos, va cargando una bolsa con sus pobres enseres, con un hatillo de cartones que le servirán de cama y de techo. “Los sin techo”, éso les llamamos los “con techo”. Son tantos y te los encuentras tan a menudo que ya nadie repara en ellos, ya ni siquiera tienden la mano pidiendo la voluntad, les da igual vivir que no; todos ellos tienen la misma mirada ausente, indiferente a su entorno, perdida, nostálgica, con una tristeza infinita. Lo han perdido todo, no importan las causas, qué o quiénes le hayan llevado a esta situación. Son personas que sufren y nos rodean. ¿Es que no hay nada ni NADIE que pueda remediar ésto? ¿Cómo se pueden adornar las calles, gastar euros en cosas a veces inútiles? ¿Cómo los que mandan no hacen nada por ellos? ¿Cómo en una sociedad como la nuestra puede existir este problema sin que se hable de él en ningún foro, en ningún Parlamento, sin que se destine a ellos algo de esos presupuestos deslumbrantes?

Nunca habrá una verdadera Navidad, una Navidad auténtica, mientras una sola persona ande sin techo por nuestras calles, mientras una mirada vague por ellas teñida de desesperanza y hundida en sus recuerdos.

Si algún día cambiara esta situación, entonces, sólo entonces, podremos decir “Feliz Navidad a todos”

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