La mejor medicina: tener muchos años al mismo médico
En los últimos años, estamos siendo testigos de un fenómeno preocupante en el ámbito de la salud, cada vez más, los pacientes, sobre todo los más jóvenes, parecen no tener un interés particular en que médico los atiende. La realidad es que muchos acuden a los servicios de urgencias no solo por problemas que requieren atención inmediata, sino también por cuestiones que podrían haberse resuelto con una consulta a su médico de cabecera. Este comportamiento no solo pone una carga adicional sobre un sistema de urgencias ya sobrecargado, sino que también priva a los pacientes de los beneficios cruciales de la relación mantenida en el tiempo por un mismo médico.
Imaginen ir a un taller distinto cada vez que su coche hace un ruido extraño o cambiar de peluquero cada vez que su pelo necesita un corte. ¿No preferirían tener un mecánico que conoce su vehículo como la palma de su mano y un estilista que sabe exactamente lo que les favorece? Su cuerpo es como un coche sofisticado y su médico de cabecera es el mecánico de confianza que ofrece seguridad, orientación y rumbo claro.
Los médicos lo sabemos con certeza, pero, en este artículo, quiero que nuestros lectores conozcan la importancia de la relación continuada con su médico, un concepto que los profesionales de la salud llamamos «longitudinalidad». Mantener el mismo médico durante más de dos o tres años no es solo una cuestión de comodidad; puede ser, en muchos casos, una cuestión de vida o muerte.
Los estudios han demostrado que esta relación prolongada se asocia con una mayor precisión diagnóstica, especialmente, en pacientes que presentan síntomas inespecíficos o que padecen enfermedades crónicas. Cuando un médico conoce la historia clínica de su paciente, puede ofrecer un diagnóstico más certero que cualquier tecnología avanzada. Esto se debe a que la experiencia acumulada permite al médico identificar patrones y cambios en la salud del paciente que, de otro modo, podrían pasar desapercibidos.
Las estadísticas son claras y contundentes. Mantener el mismo médico de cabecera durante muchos años está asociado con un menor riesgo de mortalidad y hospitalización y con un menor uso de los servicios de urgencias. Un estudio reciente mostró que esta relación estable durante 15 años o más reduce en un 30 % la necesidad de acudir a los servicios de urgencias, disminuye en un 28 % las veces que un paciente tiene que ingresar en un hospital y, lo más importante, reduce la mortalidad en un 25 %. No hay ningún medicamento que logre esto.
La razón detrás de estos beneficios es simple: la continuidad en la atención permite a los médicos desarrollar un profundo conocimiento sobre la historia médica de sus pacientes, sus comportamientos y sus contextos personales. Esta comprensión integral permite que los médicos tomen decisiones más informadas y acertadas, lo que se traduce en una atención más eficaz y segura.
Para los pacientes, la lección es clara: valoren y mantengan la relación con su médico de cabecera. No solo se trata de evitar largas esperas en urgencias, sino de invertir en su salud a largo plazo. Elegir ir a urgencias para problemas menores podría parecer conveniente en el momento, pero, a largo plazo, podría costarles más en términos de salud y bienestar.
En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, a veces olvidamos que el mejor equipo médico que podemos tener es la relación personalizada y la confianza que se establece entre un paciente y su médico de cabecera y esto puede ser más beneficioso para su salud que cualquier prueba diagnóstica costosa.
La próxima vez que se sientan mal, piensen no solo en buscar un médico inmediatamente disponible, sino en buscar al médico que los conoce, que entiende su historia y que está comprometido con su salud a largo plazo.
QUIERO CURARTE
Médico de pueblo. Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Médico Ilustre del Real e Ilustre Colegio Oficial de Médicos de la provincia de Sevilla.
Autor del Blog: www.medicorural.es