La Hermandad de la Macarena impulsa una iglesia en África donde se reza por Sevilla cada día
- Monseñor Aguirre presidió una emotiva Eucaristía en el templo construido con el apoyo de la Hermandad y la Fundación Bangassou. Cada misa allí se reza por Sevilla

Pocas cosas emocionan más que ver cómo la fe, la solidaridad y el amor viajan miles de kilómetros para hacer realidad un sueño. Es lo que ha pasado en Bangassou, en pleno corazón de África, donde se ha celebrado una Eucaristía muy especial en la Iglesia de la Esperanza, presidida por Monseñor Juan José Aguirre.
Esta iglesia no es una más. Fue construida gracias al impulso de la Hermandad de la Macarena y la Fundación Bangassou, y se ha convertido en un símbolo de unión entre dos mundos. Y sí: en cada misa que se celebra allí, se pide por la Hermandad de la Macarena y todos sus hermanos. Desde el barrio de Maliko hasta Sevilla, el mensaje es claro: la Virgen de la Esperanza une corazones.
Un obispo con alma comboniana y corazón andaluz
Juan José Aguirre es mucho más que un obispo. Es cordobés, misionero comboniano, y lleva desde el año 2000 viviendo en Bangassou. Allí, donde otros ven guerra y abandono, él ve personas que merecen escuelas, hospitales, orfanatos y un futuro digno.
Además de ser pastor, Monseñor Aguirre es una voz incómoda para quienes siembran violencia. Ha denunciado ante el mundo los ataques sufridos por la población civil, los saqueos de las iglesias y los abusos que se han cometido durante años de conflicto. Pero nunca ha dejado de construir, de acompañar y de dar razones para seguir creyendo.
Oración, música y emoción
La misa en la Iglesia de la Esperanza fue todo menos indiferente. Cantos, danzas, sonrisas, lágrimas, oración sincera. Y un detalle que tocó el alma: la constante presencia en la liturgia de la Virgen de la Esperanza Macarena, por la que esta comunidad reza con cariño y devoción.
“Nos emociona saber que nos tienen presentes desde tan lejos”, han dicho desde la Hermandad.
“Ellos también son hermanos, aunque no compartamos idioma ni bandera. Compartimos fe”.
El poder de la fe joven y global
Esta historia no es del pasado. Es del presente. Es de ahora mismo. Y nos involucra a todos. Desde el corazón de África, una pequeña iglesia con techo de chapa y paredes sencillas lanza un mensaje poderoso: la esperanza es real, y está viva.
Así que ya lo sabes: si alguna vez dudas de si tu fe puede cambiar el mundo, pregunta en Bangassou. Seguro que alguien te responde con una sonrisa y un “gracias, Macarena”.
