La corona maldita
La vita è bella. Al menos eso fue lo dijo Benigni. Y tenía razón: La vida es bella a pesar de todos sus horrores más o menos graves.
A través de su largo recorrido por la historia, el hombre ha pasado por momentos muy delicados debido a enfermedades incontrolables e incontroladas, a catástrofes naturales o provocadas por él mismo con sus irracionales guerras, persecuciones, violaciones, crímenes, etc. Pero, a pesar de todo, la vita è bella.
En el momento actual, nos enfrentamos a una de esas catástrofes causada por el efecto coronavirus, un microorganismo que nos trae de cabeza. En algunos casos hay un miedo rayano a la pavura debido a la incertidumbre y la duda de qué va a pasar si no se controla ese bicho coronado.
Los científicos (o los políticos) chinos nos vendieron la esperanza de que en unas semanas tendrían una vacuna, un remedio para enfrentar con éxito la infección coronavírica. A medida que el tiempo pasa aquella esperanza inicial se va desvaneciendo, pues ha transcurrido más del tiple del plazo señalado y el remedio no acaba de salir del laboratorio. Los plazos se alargan meses, las gentes se inquietan y aparecen los desmanes y tropelías, corren despavoridas a tiendas y supermercados para abastecerse de todo tipo de artículos, de primera o última necesidad.
Pero a pesar de todo la vita è bella y hay que seguir insistiendo en la pelea contra la enfermedad. Y eso es lo que la sociedad concienciada está llevando a cabo, poniendo en práctica las normas dictadas por las autoridades sanitarias. Y sin duda el trabajo frenético que cumplen los científicos de todo el mundo para frenar la pandemia, sin olvidar, desde luego, el magnífico, prodigioso y agotador trabajo que realizan los profesionales sanitarios para mantener a raya el virus y proteger nuestra salud frente al mismo.
No hay que desesperar. Tengamos confianza en los científicos y en nuestro excelente sistema sanitario. Estamos en la buena actitud que va a desembocar en la innegable solución de la pandemia. Es una guerra que, como todas, nos está causando bastante dolor, pero la vamos a ganar. El hombre tiene capacidad para vencer cualquier obstáculo que se le enfrente. Así lo ha hecho desde que el mundo es mundo y así va a seguir haciéndolo. ¡Que no nos quepa duda!
Antonio Palop Serrano
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Amante de las letras, la enseñanza, la tecnología y, sobre todo, de Osuna.
Nacido en 1929 en El Saucejo (Sevilla) es el columnista con más experiencia vital que posee El Pespunte. Ha dedicado su vida a la enseñanza de EGB en distintas localidades andaluzas y su pasión por la informática le llevó a aprender a editar vídeo y audio y, por devoción, a no alejarse de Osuna.