La constitución es la casa de todos. Miguel Tellado castigado al rincón
Acabamos de celebrar el 46 aniversario de la aprobación de la Constitución vigente en nuestro país. Que dice en su artículo 1. España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, como valores la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado. La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria.
Su aprobación fue un hito en nuestra historia, la primera hecha entre todos y que con generosidad contempló reivindicaciones de todas las sensibilidades políticas. Recordemos a los ponentes: centristas de UCD, Gabriel Cisneros, José Pedro Pérez-Llorca, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón; de derechas Manuel Fraga; de izquierda Gregorio Peces-Barba (Socialistas) y Jordi Solé Tura (Comunista); nacionalistas catalanes y vascos Miguel Roca Junyent.
La primera Constitución como tal de la que nos dotamos fue en 1812, hecha por las Cortes reunidas en Cádiz, 185 diputados de América, Asia, África y Península, y aprobada el día de San José, por eso se la llama coloquialmente como la Pepa. Fue un buen comienzo, establecía la soberanía en la Nación, la monarquía constitucional, la separación de poderes. Define en su Art. 1.º: La nación española es la reunión de los españoles de ambos hemisferios. Con gran generosidad iguala a los peninsulares y a los ciudadanos de los territorios americanos, asiáticos y africanos. Abolió el feudalismo y la Inquisición. Considero que deberían seguir vigentes algunos de sus artículos muy acertados y actuales, como el número 6. Después de esta y hasta la actual de 1978 hemos tenido otras seis constituciones: 1834, 1837, 1845, 1869, 1876 y 1931.
La de 1845 y 1876 son una marcha atrás, ya que consideran que la soberanía era compartida por las Cortes y el Rey, la Corona dominaba sobre las demás instituciones. La de 1931 nos proclama como una nación sin rey, una república; en las demás se da vueltas a esa relación de la Corona y el pueblo. Antes de que hubiera Constitución estaba claro que los españoles estábamos en casa del Rey y no en la casa de todos.
El lugar de las mujeres, en esta casa de todos, empezó siendo ignorado. En la Pepa no se las reconoce, ni se las nombra; los derechos políticos como el voto solo llegan en 1931 con la Constitución republicana, que fue la primera en plantear el principio de igualdad entre los sexos. La actual mantiene este principio.
Una Constitución es la casa de todos, la primera fue la de 1812 con sus deficiencias, la actual se ha agrandado para incluir a todos los españoles y españolas. El debate político español actual no tiene el clima constructivo en el que se aprobó la Constitución de 1978; está lleno de exabruptos, broncas, mentiras, insultos y aquí quiero destacar lo bien que lo hace un político como Miguel Tellado, y es que no todo el mundo vale para esto. Acaba de acusar al gobierno de actuar “mal y de mala fe” y de “dejar sola” a la Generalitat en la DANA de Valencia, ha acusado a la presidenta de la Cámara Baja, Francina Armengol, de ser la mafia, ha dicho que queremos acabar con este Gobierno por todos los medios a nuestro alcance, incluyendo los medios judiciales (¿aunque no sean democráticos?), también que Pedro Sánchez es un dirigente peligroso, antisistema y que debió salir de España también en un maletero como el fugitivo Puigdemont.
No es el único que habla así en la panoplia política actual, pero destaca y por eso le aplico de la Pepa el: Art. 6.º: El amor de la Patria es una de las principales obligaciones de todos los españoles, y asimismo el ser justos y benéficos. Desde luego que Miguel no lo cumple, no ama a su patria ya que la incendia, en todo caso se ama a sí mismo y a su partido, además no es justo ni benéfico en su discurso. Por ello hay que mandarle al rincón de pensar mirando a la pared, para que no nos queme la casa, para que reflexione sobre este admirable artículo e intente cumplirlo. Como debemos hacer todos los españoles, ser justos y benéficos.
EL CIBERDIVÁN, LA OREJA DE FREUD.
Psiquiatra psicoanalista impulsó la reforma psiquiátrica “salta la tapia” en el hospital de Miraflores. Fue Director de la Unidad de Gestión Clínica (UGC) y Coordinador de la Unidad de Salud Mental Comunitaria del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla. Autor de numerosos artículos científicos. Tiene dos libros publicados: Psicoanálisis medicina y salud mental, y La religión en el diván.