La CHG defiende el desembalse en La Puebla de Cazalla como cumplimiento “estricto” del caudal ecológico

- La Confederación aclara que no existen averías en la presa y asegura que el caudal liberado es “moderado” y pactado con los regantes

La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) ha salido al paso este lunes ante el revuelo generado por el continuo desembalse de agua en el pantano de La Puebla de Cazalla (Sevilla), que ha generado preocupación entre vecinos, agricultores y representantes políticos locales. En un comunicado oficial, el organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica afirma que la medida responde al “cumplimiento estricto del régimen de caudales ecológicos” establecido en el vigente Plan Hidrológico de la Demarcación del Guadalquivir, aprobado en enero de 2023.
Según la CHG, el caudal que se está liberando desde esta presa está fijado en 210 litros por segundo entre diciembre y abril, y en 190 litros por segundo de mayo a noviembre. Estas cifras, señala el organismo, se mantienen “invariables desde 2013”, sin cambios en los tres últimos ciclos de planificación, y «fueron consensuadas en su momento con los regantes de la zona», afirman. La Confederación defiende además que este caudal ecológico es “muy moderado” y se sitúa en la media del resto de presas de la cuenca del Guadalquivir.
Dos semanas de desembalse constante en La Puebla de Cazalla
La respuesta del organismo se produce después de casi dos semanas de desembalse continuado. Desde las 8:00 horas del pasado martes 25 de marzo, el embalse de La Puebla de Cazalla viene liberando agua sin interrupción hacia el cauce del río Corbones. Según datos de la propia CHG, la media diaria se sitúa en los 210 litros por segundo, lo que ha supuesto un total de más de 235 millones de litros desembalsados hasta el lunes 7 de abril a mediodía.
Esta situación ha levantado inquietud en la localidad, especialmente en el sector agrícola, que teme que el embalse vuelva a caer a niveles críticos como los registrados en los últimos años. A pesar de que las lluvias de las últimas semanas han elevado el volumen embalsado hasta el 29,44% de su capacidad total —con 18,55 hectómetros cúbicos almacenados actualmente—, agricultores y vecinos no descartan que esta tendencia provoque una nueva situación de emergencia hídrica.
La CHG niega fallos técnicos y asegura que la presa está operativa
En su comunicado, la CHG desmiente también los rumores sobre posibles averías en la infraestructura. En concreto, niega que exista ningún problema con las válvulas de desagüe. El organismo recuerda que entre 2019 y 2021 se ejecutó un proyecto de mejora que incluyó la instalación de una válvula Howell-Bunger, diseñada para regular mejor el caudal que se entrega al río.
“La infraestructura está operativa y no necesita ninguna reparación en sus válvulas de desagüe”, zanja el comunicado. Además, se recalca que la CHG mantiene inversiones constantes en esta presa, tanto mediante contratos de mantenimiento como a través de obras de mayor envergadura.
Preocupación en el Ayuntamiento y entre los regantes
Pese a las explicaciones de la Confederación, el Ayuntamiento de La Puebla de Cazalla ha manifestado en varias ocasiones su preocupación por la situación. En el último pleno municipal, el grupo Iniciativa Morisca trasladó el malestar de los vecinos y pidió la convocatoria de una reunión urgente con el comisario de aguas y representantes vecinales.
Desde el equipo de gobierno afirman que están en contacto permanente con la CHG: “Nos preocupa el asunto como a todos y queremos que se haga una gestión eficiente del agua”, declararon recientemente a El Pespunte.
El agua del embalse no está destinada al consumo humano, pero sí resulta esencial para la actividad agraria de la comarca. Agricultores y ganaderos temen que, si el desembalse se prolonga, las reservas no sean suficientes para cubrir las necesidades de riego de la próxima campaña. Tras varios años marcados por la sequía, las restricciones y el uso limitado del recurso hídrico, cualquier reducción en la capacidad del pantano genera alarma entre los productores locales.
Una cuestión de prioridades
Desde la CHG insisten en que el desembalse es una obligación legal para preservar la vida piscícola y la vegetación de ribera del río Corbones, y que no existe margen para actuar fuera del marco del plan hidrológico. Sin embargo, el debate continúa abierto: vecinos y agricultores consideran que debería revisarse la prioridad de usos del agua para garantizar el desarrollo económico y agrario de la zona.
Por ahora, la Confederación no ha anunciado ningún cambio en su hoja de ruta. Mientras tanto, el embalse sigue soltando agua a razón de más de 18 millones de litros diarios. El temor de muchos en La Puebla de Cazalla es que, tras las últimas lluvias, la oportunidad de recuperar reservas se pierda por un sistema que, aunque legal, consideran ineficaz ante la realidad del territorio.
