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La base de un colchón, tan importante como el colchón en sí mismo

La base de un colchón, tan importante como el colchón en sí mismo

Cuando se habla de calidad del sueño, el protagonismo siempre se lo lleva el colchón. Pero lo cierto es que una base de colchón inadecuada o deteriorada por el tiempo puede provocar que, a pesar de que dispongamos del mejor colchón del mercado, la calidad de nuestro descanso nocturno se vea afectada.

Conque vamos a enseñarte qué tipos de bases de cama puedes encontrar en los establecimientos especializados en descanso y así podrás decidir con criterio cuál es la base que más te conviene.

Y si, tras leer las líneas siguientes, ya tienes claro qué base de colchón es la más adecuada para tus necesidades particulares, haz clic aquí para acceder a una amplísima oferta de bases de colchón a precios increíbles.

Bases de colchón de láminas

Los tradicionales somieres de muelles han pasado definitivamente a la historia, siendo sustituidos por las bases de colchón de láminas, una opción mucho más cómoda, firme y práctica.

Este tipo de bases permiten la máxima transpirabilidad y su soporte es firme pero relativamente elástico.

Constructivamente, las láminas pueden estar fabricadas con materiales sintéticos o naturales, caso de la madera. En cualquiera de los dos casos, se trata de una opción universal y adecuada para la mayoría de las personas.

Bases de colchón tapizadas

Estas bases ofrecen la máxima firmeza. Esto puede suponer que para algunas personas no resulten especialmente cómodas, pero son muy interesantes desde el punto de vista terapéutico.

Y es que las bases de colchón tapizadas son ideales para aquellas personas que sufren problemas crónicos de espalda y precisan reposar en lo que los profesionales médicos denominan “cama dura”.

Constructivamente, se trata de una única lámina rígida tapizada, cuya superficie total coincide con el colchón. Por tanto, la máxima firmeza se logra en detrimento de la transpirabilidad del colchón.

Canapés abatibles

En un canapé la base del colchón no va colocada sobre patas o largueros, sino que se asienta, a modo de tapa abatible, sobre un receptáculo totalmente cerrado.

En un canapé abatible, la base del colchón puede ser, indistintamente, de láminas o tapizada. También podemos elegir entre un mecanismo de apertura manual o motorizado.

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Utilizar un canapé en lugar de una simple base de colchón siempre supone un sobrecoste, pero a cambio disponemos de un espacio adicional de almacenamiento de entre 1 y 1,80 metros cúbicos, según sea el tamaño de nuestra cama.

La opción idónea en aquellos hogares en los que no hay suficiente espacio para armarios y cómodas.

Bases articuladas

La última alternativa para el descanso son las camas articuladas, aptas para:

  • Personas con movilidad reducida o que, por traumatismo o enfermedad, han de permanecer permanentemente postrados en cama. En el último caso, es muy recomendable complementar la base articulada con un colchón antiescaras.
  • Sibaritas del descanso que desean utilizar una cama capaz de adoptar las posiciones más variadas.

Añadimos que con este tipo de bases es preciso utilizar colchones especialmente diseñados para camas articuladas.

Obviamente, el gran inconveniente de las bases de colchón articuladas es su sobrecoste, muy especialmente si nos decidimos por una base que cuente con dispositivos motorizados de control de la posición.


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