Internet: plataforma sin límites

Desde aquel primer correo electrónico que estrenó el servicio a finales de los años 70 del siglo pasado, hasta la capacidad de otorgar préstamos rápidos por 100 euros (100 pikavippi) totalmente en línea, ha corrido mucha agua bajo los puentes.

No paramos de sorprendernos con la capacidad de Internet para facilitar las interacciones tan variopintas que implica la movida global. No terminamos de maravillarnos con la más reciente aplicación, cuando recibimos una nueva que la supera.

Más allá de la imaginación

Los miembros del proyecto ARPA Net –por las siglas en inglés de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados—, como se denominó la semilla que dio origen a la web, quizá nunca imaginaron en lo que depararían sus ideas y esfuerzos para comunicar los primeros ordenadores.

Mucho tenemos que agradecer a estos pioneros que se rebanaron los sesos para conformar las primeras tentativas de lo que hoy en día sería impensable prescindir. Desde 1958 iniciaron sus esfuerzos y no sería sino hasta 1971 cuando pudieron presumir de tener 23 puntos interconectados entre las costas este y oeste de Norteamérica.

Surgieron detrás versiones menos académicas y más comerciales que inyectaron el entusiasmo y la fuerza económica de inversionistas privados, que se reflejó a finales de los 70 con el establecimiento de los primeros servicios de correo electrónico.

Un principio lento compensado con creces

El crecimiento de allí en adelante fue si se quiere cauteloso y progresivo. Por supuesto que la mejora tecnológica de los equipos fue una demanda nacida del seno del proyecto, ya pensado para abarcar amplitudes globales.

En 1993 existían tan solo unos 150 sitios web establecidos, por lo que vemos que esta facilidad estaba reservada a muy pocas personas e instituciones, sobre todo relacionadas con el mundo científico y académico.

Al surgir ordenadores más poderosos y económicos, expandirse además el conocimiento que está detrás de Internet, establecer su estándar TCP-IP (Protocolo de Control de Transmisión/Protocolo de Internet) y masificar las herramientas de desarrollo basadas inicialmente en HTML puro y luego combinadas con PHP, es cuando realmente explota con intensidad inusitada la red de redes.

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A partir de allí la cantidad de portales, páginas y blogs se disparó de forma abismal, al punto que a finales de 2017 se estimaban en más de 1000 millones los dominios activos; todo esto al servicio de unos 3300 millones de ciudadanos del mundo que hacen uso frecuente de este repositorio gigantesco de la aldea global.

Lo que viene

Es así como Internet se ha convertido en el lugar donde se refleja de manera más clara el desarrollo que la humanidad ha alcanzado, en su afán de siempre superar limitaciones a través de la constante innovación tecnológica.

Los más recientes avances tienen que ver con los protocolos que dan soporte informático al novedoso mundo de las criptomonedas –las cadenas de bloques—, que más allá de su éxito o no como recurso para el intercambio comercial global, prometen resolver asuntos que hasta ahora no tenían una solución efectiva en otras materias.

La genialidad del ser humano definitivamente siempre vence a la imaginación más prolífica. Precisamente es por ello que seguiremos maravillándonos, y seguramente dentro de 20 años los servicios crediticios de avanzada, como los que ofrecen hoy portales digitales como Alfalainaa, puede que nos parezcan entonces arcaicos y primitivos.

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