Homenaje al Lele. Brillante colofón de las Jornadas Culturales de los Amigos del Duende
Con un entrañable y sentido homenaje a nuestro paisano José Moreno Soria, “Lele de Osuna”, concluyeron el pasado viernes 3 de Mayo, las Jornadas Culturales que la Asociación Amigos del Duende ha venido organizando estos últimos fines de semana, con el fin –entre otros- de difundir la cultura del Cante Flamenco en su concepción originaria de pureza y fidelidad a las tradiciones cantaoras.
Con este acto se ha hecho justicia a un hombre que no sólo ha sido fiel a esa concepción del flamenco a lo largo de su vida, sino que paseó el nombre de nuestro pueblo por cuantos escenarios actuó, dejándolo a la altura que merecen el pueblo y el arte de tocar la guitarra.
Se contó con la presencia de la directiva y buen número de socios de la peña flamenca “La Siguiriya”, lo que constituyó un gran detalle de cortesía y de buenos aficionados.
El acto dio comienzo con una semblanza biográfica del homenajeado a cargo de José A. Montaño, tras la cual sonó la poesía inmensa de Francis López, cuyo último poema había compuesto para el Lele, puso los pelos de punta a los escuchantes.
Nota: la gente de este pueblo –y de más pueblos- debería prestar atención a la poesía y la prosa de este hombre.
Detrás vino el cante y el toque.
Habían sido multitud los que se habían sumado al homenaje –estuvieran o no en cartel-, y del modo que mejor sabían hacerlo: cantando y tocando.
Comenzó Manuel Márquez haciendo unos cantes de Alcalá; seguido de Miguel Verdugo, el cual hizo entre otras cosas, dos sentidísimos fandango dedicados al Lele, que “le salieron de las mismas tripas”; detrás vino Nuria Ferrete por granainas; a continuación Ángel Verdugo, “camaronero” y poderoso como él sólo; le siguió “El Titi”, que no pudo estar más “caracolero”, y finalmente Manuel “El Mellizo” nos deleitó con un fandango a compás de buleria por solea seguido de una granaina.
Hubo toda una pléyade de guitarristas para homenajear al Lele. Varios de ellos descendientes suyos. Muchos, cuyos primeros pasos en la guitarra, los dieron cogidos de su mano. Uno incluso, a más de guitarrista, es un importante guitarrero, cuyas guitarras muy cotizadas están hoy en manos de intérpretes del calibre de Paco de Lucía, Manolo Franco, Niño de Pura, etc. De todos es sabido que el Lele se dedicó a la fabricación artesanal de guitarras desde hace un buen número de años, algo que también supo transmitir a su descendencia.
Tocaron Jesús de Jiménez, Joaquín de Osuna, Joselu Montero y Vicente Estrada “El Duende”.
El fin de fiesta fue especialmente emotivo: Un trío de guitarras, con el Lele entre sus dos nietos tocando por bulerías, al que luego se unió el Titi cantando.
No debo acabar esta reseña sin ponderar el esfuerzo llevado a cabo por Vicente Estrada para que este homenaje, colofón de las J.J.C.C., haya sido posible y de este modo.
También es muy de agradecer el comportamiento del público en las distintas sesiones, pues ha dado prueba un saber estar exquisito.
En cuanto a ti, Lele: Quédate con el cariño y el respeto, mío y de todos los que te conocemos.
Digno homenaje para un hombre digno.
José Mª Sierra