Leyendo ahora
Ha muerto “Chaqueta” de Fuentepiedra

Ha muerto “Chaqueta” de Fuentepiedra

El pasado día dos, murió Antonio Carreño, “Chaqueta” para los amigos y para el mundo del arte, uno de esos flamencos mucho más conocido entre los artistas que por el gran público, entre otras razones porque en los últimos años apenas si se prodigó en los escenarios, cultivando más sus otras facetas: Hostelero y sobre todo “Bon vivant”, dado que había conseguido un estatus como para permitírselo.

Era de Osuna igual que Virtudes su mujer, pero fue Fuentepiedra su pueblo de adopción, y es de bien nacido el ser agradecido.

Fue un hombre hecho a sí mismo.

Había sido obrero del campo y camarero de ferias, intercalando actuaciones artísticas aquí y allá, hasta que adquirió un Nombre, y un Bar y más tarde un Restaurante, y más tarde un Hotel, siempre arropado silenciosamente por una familia maravillosa que lo adoraba.

Mientras, él hacía lo que mejor sabía hacer:

¡Vivir como le daba la gana!

Sus últimas actuaciones fueron en su Hotel y en su casa (La Casa Rosada), por donde desfilaron los mejores del cante, del toque y del baile.

Era artista de los artistas, cantaba y bailaba con una fuerza y un sello personal arrolladores, que hacía que sus números, generalmente cortos, te dejaran un sabor inolvidable, siempre impregnados de una simpatía y una gracia que sólo tienen los artistas de nativitate.

Le pasaba como al Beni con los discursos, que en fondo de su alma lo que más le gustaba era contar historias y unos chistes muy largos que escenificaba extraordinariamente.

¡Qué gracioso era!

 

Querido Chaqueta:

Aunque esto te lo haya escrito yo, tú sabes que somos muchos los que te sentimos.

Va por ti.

Querido Chaqueta nuestro:

Tú que tienes el compás

¿Por qué coges y te vas

Cuando mejor está esto?

 

Pues te encargo (sin ojana),

Cuando des con Cayetano,

Que estará allí con tu hermano,

Con Frasquito y con el Camas,

 

Con Fernanda y con Mairena,

Joselero y Chocolate,

Con Juan Talega y Perrate,

Terremoto y La Malena

 

Recuérdale a Cayetano,

Y también al Tío Enrique,

No vaya a ser que se pique,

(Que se pica ese gitano),

Lee también
Lee también

 

Recuérdale, te recuerdo,

Que no los ponga mu locos.

Que privelen poco a poco,

Que los deje más bien… cuerdos.

 

Para que puedan cantar,

Como cantan los gitanos,

Para ver si los humanos

Matan menos y aman más.

 

Y entre cante, fiesta y risa,

Por más a gusto que estéis,

¡Tranquilos!… ¡No nos llaméis!

Que aquí no tenemos prisa.

 

José Mª Sierra


Descubre más desde El Pespunte

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

View Comments (0)

Leave a Reply

Your email address will not be published.