Girona 1 – Sevilla 2 | Una genialidad de Lukebakio firma una remontada para la ilusión
- El Sevilla vence al Girona en un partido trepidante que remontaron los hispalenses con una auténtica genialidad de Dodi Lukebakio

Por causa de su desarrollo y desenlace, para bien o para mal, hay partidos a los que desde el pitido final se les concede un concepto muy periodístico que trasciende de lo meramente aritmético (tres puntos): punto de inflexión. El disputado por el Sevilla esta tarde como visitante ante un equipo Champions tan atractivo de ver como el Girona de Míchel entra desde ya en ese saco.
Después será o seró, pero la victoria firmada por los hombres de García Pimienta sobre el césped de Montilivi ha supuesto la mayor dosis de ilusión para la parroquia nervionense en varios meses. Concretamente tres y medio, los transcurridos desde el pasado 6 de octubre, fecha en la que el cuadro hispalense firmó un muy buen encuentro y venció al Betis en el siempre apasionante derbi de la ciudad. Desde entonces, nada de nada. Carbón y ramas secas que diría Manolo García.
Gol estelar de Dodi Lukebakio
Aquel partido ante el eterno rival en el Sánchez Pizjuán lo vencieron los locales gracias a un gol desde el punto de penalti de Dodi Lukebakio, el mismo futbolista que hoy ha rubricado la remontado con una auténtica obra de arte. A pesar de que la primera apariencia que transmite es la de ser un futbolista con nitrógeno líquido en las venas, lo cierto es que estamos ante un jugador completamente diferencial en el primer nivel, más si cabe en una plantilla tan anémica de calidad como la de este Sevilla actual.
El internacional belga, que acumula 9 tantos en Liga con el de hoy, se ha fabricado él solo una fabulosa jugada que incluye todas las virtudes que visten a los cracks: técnica, desequilibrio, personalidad y gol. Controla en carrera una prolongación de Saúl Ñíguez, enfila al defensa rival y se zafa de él como de un monigote con un caño de muchísimos quilates para luego definir a la perfección ante un Gazzaniga que estaba teniendo una tarde inspiradísima.
No es de extrañar que el ex del Hertha de Berlín esté llamando la atención de media Europa de cara a la temporada que viene, lo cual hace más que evidente que será el protagonista de la próxima gran venta que se despache en las oficinas de Eduardo Dato.
Trepidante ida y vuelta
Pero siendo justos, antes de que llegase el ya descrito momento estelar del choque, el equipo andaluz estaba realizando un gran encuentro ante un rival tan complicado como el Girona (huelga recordar la sonrojante manita encajada en este mismo escenario hace apenas un año). Aunque había desajustes defensivos, se entendía que eran derivados de la ambiciosa propuesta de García Pimienta, que ha planteado el partido de tú a tú a su coetáneo ‘guardiolista’. Así, el partido se convirtió desde el principio en un trepidante ida y vuelta que nada más arrancar el choque pudo tener consecuencias en el marcador de no ser por el error a la hora de lanzar un penalti de Isaac Romero (provocado por él mismo).
Hasta el sevillista más empedernidamente optimista sabía antes del lanzamiento que el delantero de Lebrija iba a fallar la pena máxima. Todos pronunciaron por lo ‘bajini’ el título del éxito de Las Niñas a principios del presente siglo: “Ojú”. Ojú al ver al canterano coger aire exactamente igual que lo hizo Djukic el día de su fatídico fallo ante González en un penalti que decidía el título de Liga.
¿Por qué no lanzó Lukebakio el penalti?
Independientemente de quién haya tenido la iniciativa de lanzar desde los once metros, se antoja cuanto menos difícil de entender que García Pimienta permita que haya sido otro futbolista que no lleve escrito en la camiseta Lukebakio. ¿Qué dudas puede haberle generado el oriundo de Bruselas al técnico catalán? El sentido común apunta a que deben oscilar entre cero y ninguna.
El Sevilla acusó el golpe de desperdiciar la oportunidad de ponerse por delante sin haber roto a sudar. El Girona, con un Bryan Gil muy entonado que hizo sufrir a Carmona, puso en serios aprietas a Nyland, que hizo paradas de méritos. Aunque no pudo hacer nada ante un remate de cabeza muy cercano de Arnau Martínez a la salida de un córner. Corría el minuto 36, y aunque es verdad que los locales apretaban, no es menos cierto que los sevillistas plantaban cara y enfilaban la portería contraria en cuanto aparecía la mínima oportunidad. Fútbol solidario en ambos sentidos, con ritmo y verticalidad.
Gol de Saúl Ñíguez
Pese a las buenas sensaciones, los visitantes se marcharon al descanso con el marcador en contra. Nada interesante para un equipo de demostrable fragilidad mental como el Sevilla de este año, incapaz de remontar ni un solo partido…hasta hoy. Pero el Sevilla de hoy ha sido diferente a los anteriores de esta temporada. Salió convencido de cómo hacer daño, con carácter, empuje y calidad, hasta el punto de hacerse merecedor del empate, que llegó frisando la hora de partido a la salida de un córner que Saúl Ñíguez pudo rematar hasta en dos ocasiones en el área pequeña local. La segunda alcanzó la red.
Pese al botín, los de García Pimienta continuaron igual de descarados y siguieron con su buen juego en busca del gol de la victoria. Llegó en el 88 para alegría de los aficionados desplazados, que no veían ganar a su equipo fuera de casa desde la visita al Espanyol. Subidón en la autoestima de los jugadores, como ha reconocido el propio Saúl una vez finalizado el duelo, y subida interesante en la tabla, que le pone a tiro de los puestos europeos, aleja el descenso y, por si fuera poco, sirve para adelantar al Betis después de muchísimo tiempo.