Ganar, perder y viceversa, en Gaza


Hace unos años, en un curso de dirección y gestión de servicios sanitarios, me enseñaban que la solución ideal a un conflicto no era ganar y que el otro perdiera, sino el win to win (gana y gana), que todos salieran ganando.
El máximo conflicto es una guerra, el más cruel, y algunas guerras son especialmente crueles, como la de Israel contra Hamás. No podemos olvidar que el conflicto que explica esta guerra se inicia con la ocupación de Palestina por el estado judío en 1948, con la complacencia de las democracias occidentales, incluido Estados Unidos, tras la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto. Eso ha conllevado la paulatina expulsión de los que habitaban allí, los palestinos.
A corto plazo, la guerra ha tenido su origen inmediato en un acto muy cruel: el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, matando indiscriminadamente a colonos judíos, jóvenes asistentes a un festival de música; más de 1,400 muertos y 200 rehenes. La mayoría de fallecidos y secuestrados son personas civiles, nada de miembros del ejército o policía israelí. La respuesta del gobierno judío, liderado por Netanyahu y la ultraderecha judía, ha sido también de una crueldad máxima. Se le puede calificar de genocidio: casi 47,000 muertos, la mayoría no combatientes, sino civiles, sobre todo mujeres y niños. Murieron también los dirigentes de Hamás que iniciaron la contienda.
Tras 15 meses, el conflicto ha pasado de la brutalidad de lo militar a un acuerdo de alto el fuego. Recordemos que hubo uno al principio del conflicto, en noviembre de 2023. ¿Qué ha pasado en este tiempo? ¿Quién gana y quién pierde? Netanyahu prometió acabar con Hamás y liberar a todos los secuestrados. Resulta que Hamás sigue negociando con ellos en igualdad, como en el anterior alto el fuego, en el que liberaron 105 rehenes israelíes y 240 prisioneros palestinos. Ahora les sale más caro a los israelíes. Además, al parecer, Hamás cuenta con unos 20,000 milicianos, casi la mitad organizados y repartidos por el norte y sur de la Franja de Gaza. Ha renovado sus filas con nuevas incorporaciones y mantiene intacta parte de su red de túneles. Después de ser los israelitas dueños ¿absolutos? militarmente de todo el territorio de Gaza, solo han conseguido liberar a 7 rehenes, rescatar algunos cadáveres y, además, han matado a 3 rehenes por equivocación. Es todo un fracaso, y Netanyahu está condenado por el Tribunal Penal Internacional.
La alegría de los palestinos cuando ha empezado el alto el fuego ha sido manifiesta. La de los supervivientes de una masacre. Aunque han dejado a muchos familiares y amigos en el camino, saben que, con su supervivencia, continúa el pueblo palestino. El enemigo no ha conseguido acabar con ellos. Es decir, que han ganado a pesar de ir perdiendo la guerra. Los otros van perdiendo a pesar de ir ganando en muertos, y les está pasando lo mismo que a los nazis. Qué paradoja: crearon unos campos de exterminio y no consiguieron exterminar a los judíos. Los extremismos siempre calculan mal, confunden los deseos con la realidad. No podrán exterminar los deseos de vivir y de dignidad de un pueblo tan antiguo y tan digno como ellos, el palestino.
Solo deseo que entren nuevos negociadores de este conflicto, tanto por parte de Hamás como por parte de Israel, y consigan un acuerdo de paz de win to win. Pero eso no sabemos cuándo ocurrirá, aunque es la única salida estable. Ambos tendrán que renunciar a parte de sus pretensiones: Hamás, a exterminar al estado de Israel, e Israel, a exterminar al pueblo palestino.
Lo mejor sería dos pueblos y un estado democrático, pero vaya usted a saber si es posible. Mientras tanto: no al genocidio del pueblo palestino.

EL CIBERDIVÁN, LA OREJA DE FREUD.
Psiquiatra psicoanalista impulsó la reforma psiquiátrica “salta la tapia” en el hospital de Miraflores. Fue Director de la Unidad de Gestión Clínica (UGC) y Coordinador de la Unidad de Salud Mental Comunitaria del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla. Autor de numerosos artículos científicos. Tiene dos libros publicados: Psicoanálisis medicina y salud mental, y La religión en el diván.