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Funciones principales de la Vera-Cruz, Humildad y Ntro. Padre Jesús Nazareno

Funciones principales de la Vera-Cruz, Humildad y Ntro. Padre Jesús Nazareno

Tres señeras y antiguas Hermandades de nuestro municipio han concluido este fin de semana sus cultos cuaresmales. El sábado la Hdad. de la Vera-Cruz celebró la función principal de su triduo. Como el año pasado, se cubría el retablo mayor de San Agustín con la cortina de damasco rojo de la Hdad. de la Virgen de los Dolores. Como novedad, toda las velas utilizadas en el altar eran de color verde, color muy vinculado a las hermandades de la Vera-Cruz y, por supuesto, a la advocación de su Virgen, la Esperanza. Lucía su imagen manto de ese color y saya blanca bordada en oro. La imagen de San Juan también lucía un mantolín de color verde. Ntro. Padre Jesús Cautivo se situaba en un lateral recubierto con el mantolín de terciopelo rojo bordado en oro de San Juan a modo de clámide. Todo el exorno floral de este majestuoso altar era de claveles rojos y lirios morados.

El domingo a mediodía la Hdad. de la Humildad y Paciencia celebró función principal predicada por el capellán Rvdo. P. Rafael Cañada. La Hdad. ha incluido entre sus títulos el de Carmelita tras haber recibido carta de hermandad con esta Orden, vinculada estrechamente a ella desde su fundación. Presidía el altar de cultos la imagen de Ntro. Padre Jesús de la Humildad y Paciencia, a sus pies María Santísima de la Soledad estaba impresionantemente vestida, más bella si cabe y despertando los elogios y la devoción de los fieles. Combinaba una austera saya negra sin bordados, manto brocado en oro y negro minuciosamente dispuesto en pequeños pliegues, rostrillo dorado y una pequeña diadema plateada que le otorgaba un aire antiguo. La imagen de Cristo atado a la columna, con túnica bordada, estuvo expuesta en besamanos tras concluir la Eucaristía. Coincidía con la Vera-Cruz en el mismo exorno de flores.

El colofón al fin de semana cofrade lo puso la Hdad. de Ntro. Padre Jesús Nazareno que concluía su Quinario. Como siempre la Parroquia de la Victoria estaba abarrotada de devotos. Jesús Nazareno lucía la soberbia túnica «del habar», una joya del bordado ursaonés. El altar, sobrio como siempre para que sólo destaque la imagen de Jesús, lucía gran cantidad de anthurium de color rojo, una vistosa flor exótica. Tras la misa se trasladó a la imagen hasta su capilla con el canto una saeta y se inició el besapié, un emotivo acto imprescindible en nuestra Cuaresma.

Todos estos actos han sido realzados por los bellos cantos del coro de la Hdad. de Ntro. Padre Jesús Caído.

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Fotos: Manuel Fdez. Carreño – Eduardo de la Ossa – Carlos Fernández

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