La Guardia Judía revive la Pasión junto a los más vulnerables en Alcalá de Guadaira
- Una emotiva representación en el Colegio de Educación Especial de Alcalá de Guadaíra une cada año fe, teatro y compromiso social gracias a La Hermandad de La Milagrosa

Cada Viernes de Dolores, el colegio de la Cuidad de San Juan de Dios de Alcalá de Guadaira se transforma en el escenario sagrado de una Pasión vivida con el alma. Allí, entre la emoción de los alumnos, el compromiso de los docentes y la implicación de una hermandad que ha hecho de este acto una cita irrenunciable, se representa la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Y en ese acto, La Guardia Judía del Sanedrín de la Hermandad de La Milagrosa tiene un papel central.
Don Manuel Pérez Villalba, Capitán —o Rakataloya— de esta Guardia, nos ofrece un testimonio de fe y entrega que va mucho más allá de la teatralidad. “En primer lugar tendríamos que remontarnos a la 1ª Salida del Sábado de Pasión del 2010”, nos relata. Aquel año, La Guardia se vistió por primera vez en las dependencias del Hospital, compartiendo momentos intensos con familiares de enfermos antes de iniciar su primera Estación de Penitencia. Aunque luego pasaron a vestirse en las dependencias parroquiales, aquel primer lazo sembró una semilla.
La invitación que cambió su historia
Fue al año siguiente cuando llegó una petición que lo cambiaría todo: la Ciudad de los Niños de San Juan de Dios en Alcalá de Guadaíra solicitó la participación de La Guardia en su representación del Viernes de Dolores. “La propuesta fue acogida dentro del seno de la Hermandad y de La Guardia en particular con gran alegría”, recuerda Don Manuel, quien destaca la dimensión solidaria del acto: “Era una manera más de estar con el débil y darles un fraternal abrazo de fe”.
Desde entonces, La Guardia ha estado presente cada año, participando de distintas formas. En una ocasión, se representaron varios pasos de Semana Santa recorriendo una hipotética Carrera Oficial dentro del colegio. Hoy en día, su participación se centra en una representación teatral muy especial, en la que “esos Ángeles esperan la llegada de su Guardia, porque para ellos somos sus Guardias”.
Un vínculo irrompible con los más vulnerables
Al finalizar la obra, La Guardia comparte con los alumnos momentos de fraternidad, entrega de fotos, recuerdos y abrazos. Es un ritual emotivo que reafirma los lazos con esta comunidad educativa tan especial.
“El día del Viernes de Dolores está grabado en nuestros corazones”, confiesa Don Manuel. Es un día marcado a fuego en el calendario de los miembros de La Guardia, que solo se visten en dos ocasiones: para esta representación y para su participación oficial en la Hermandad de La Milagrosa cada Sábado de Pasión.
El propio proceso para pertenecer a La Guardia refleja la seriedad del compromiso: es necesario ser hermano, mayor de edad y presentar una solicitud formal. La devoción no se improvisa, se cultiva con actos como este.
Reconocimiento y devoción: la huella de San Juan de Dios
La vinculación con la Orden de San Juan de Dios también ha dejado una huella importante en la Hermandad. En 2013, durante los actos del 50 aniversario de la hechura de la Virgen del Rosario, se planteó otorgar a la titular mariana La Granada, símbolo de la Orden. El acto se llevó a cabo finalmente en 2023, con una misa celebrada en el exterior del hospital y una salida extraordinaria de la Virgen del Rosario entronizada en su paso de palio.
“Fue un culto externo lleno de significado”, señala Don Manuel. Ese día, la Hermandad y la Orden sellaron una alianza espiritual que venía gestándose desde hacía más de una década.
Estación de Penitencia con el alma al descubierto
Cada Sábado de Pasión, La Guardia acompaña a su Hermandad con un carácter muy singular: sin antifaz, en silencio, “dando Fe”, como dice su Capitán. Su paso por las calles es un testimonio vivo de la Pasión de Cristo, “rememorando a quien murió por nosotros en la cruz”.
También forman parte de momentos íntimos e intensos, como la Guardia y Custodia frente a sus Titulares desde las primeras horas del día. Uno de los instantes más sentidos se da cuando, en los jardines exteriores del hospital, se canta una plegaria al Señor de la Esperanza, acompañados por los sones de la Agrupación Musical de La Redención.
Evangelizar con el ejemplo
Más allá de lo litúrgico, La Guardia Judía entiende su labor como una forma de evangelización popular. “Es un orgullo saber que ponemos nuestro granito de arena en este culto externo, evangelizando las calles de la feligresía”, afirma Don Manuel. Y no esconde su anhelo: que algún día puedan realizar Estación de Penitencia a la Santa Iglesia Catedral de Sevilla.
En sus palabras, no hay soberbia, solo fe. “Gracias a ti y a tus colaboradores por darnos la oportunidad de seguir engrandeciendo esta loable realidad de ser Hermandad”, concluye.
Una Hermandad que no solo desfila, sino que acompaña, consuela, representa y ama. Una Guardia que, para muchos, no es teatral: es espiritual, es esperanza… y es familia.
