Familiares de víctimas del Virus del Nilo: “La gente todavía no sabe que te puede matar o dejarte muy mal”
- La delegada de Salud del Ayuntamiento de La Puebla del Río, Libertad Fernández, dice que el municipio, uno de los más amplios de la provincia, no tiene recursos para prevenir la llegada de plagas de mosquitos
- La población está preocupada, sobre todo después del fallecimiento de Granada Romero, una mujer muy conocida en el municipio

“Dos días antes de morir, mi madre ya hablaba en susurros. Cuando le dijimos que tenía el Virus del Nilo, nos dijo muy bajito: lo mismo que tu padre”. Fueron casi las últimas palabras que dijo Granada Romero, la mujer de 86 años que murió el pasado 19 de julio por culpa de la picadura de un mosquito que le transmitió el virus del Nilo Occidental. Esta vecina estaba “bien de salud”, vivía en La Puebla del Río, un municipio donde se han diagnosticado ya ocho casos de infección desde la pandemia de COVID-19, tres de estas personas han fallecido.
Antonio Tomás Pineda es el hijo de Granada. Desde el día que falleció su madre no ha parado de atender a los medios de comunicación. “No he podido hacer el duelo todavía”, dice. Todo porque piensa que sobre este virus la población tiene poca información: “todavía hay gente que no cree que te puede matar o dejarte muy mal”.
“Estamos muy preocupados”
En La Puebla del Río están muy acostumbrados a lidiar con mosquitos, sobre todo cuando “ponen las tablas de arroz”. Es uno de los productos que provocan la proliferación de este insecto que, incluso, en plena campaña, inunda fachadas enteras de las viviendas. José María, un joven de 39 años que atiende el bar ‘El Poyetón’, ubicado justo frente del Ayuntamiento, dice que para los cigarreros “los mosquitos no son nada nuevo”.
“Aquí las lagartijas se ponen las botas, están gordísimas de comer mosquitos en las fachadas. Pero lo de ahora es incomprensible”. José María sacude la cabeza de un lado a otro para decir que la población está “muy preocupada”. Y explica que uno de los primeros vecinos que enfermó fue José el barbero. “Y ahí lo tienes al pobre, en un carrito de ruedas”.

Según la calificación que hace el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la Fiebre del Valle del Nilo Occidental (FVO), es una zoonosis causada por determinadas cepas que se transmiten por mosquitos, manteniéndose gracias a un ciclo de transmisión mosquito-ave-mosquito. Los seres humanos y los équidos se consideran huéspedes finales del virus por lo que no transmiten la enfermedad, pero sí que la padecen.
Virus del Nilo, en caballos
De hecho, esta misma enfermedad en caballos era ya muy conocida en la zona. La delegada de Salud de La Puebla del Río, Libertad Fernández, confirma que “tengo caballos y, antes del covid, he visto cómo morían después de infectarlos el mosquito”. La diferencia en los últimos años es que ha empezado también a afectar al ser humano y se convierte en un problema de salud pública difícil de gestionar.
De momento, desde la administración local comentan que hacen todo lo que pueden al menos para reducir la población de mosquitos. “Desde el primer momento hemos tratado el tema con mucho respeto, dedicando esfuerzos tremendos para realizar fumigaciones antes de que llegase el verano”, explica la delegada. En abril ya fueron conscientes del problema que se les venía encima porque lo único que se puede hacer contra las plagas de mosquitos es prevenirlos y las administraciones locales no cuenta, dicen, con recursos suficientes.
Aún así, el Ayuntamiento de La Puebla del Río comenzó con las fumigaciones por parte de los técnicos municipales en primavera. Primero semanalmente, después cada tres días en zonas de humedales del término. “Debido a las lluvias de Semana Santa y al calor que vino después, hubo un repunte antes incluso de que se plantaran las tablas de arroz”, explica la delegada de Salud. También han fumigado los imbornales y han clorado las fuentes.

Entonces se trataron tanto adultos como larvas, lo que provocó que un mes después no hubiera incidencias en la población provocadas por este insecto. Pero este año, que la sequía ha dado un respiro a los agricultores, se ha podido sembrar el arroz en la zona por lo que han vuelto los mosquitos. “En La Puebla estamos acostumbrados a los mosquitos, siempre los hubo. La gente es muy tonta con este tema”, dice Carmen una de las clientes del céntrico bar antes citado, frecuentado a primera hora de la mañana por familias y trabajadores.
Los mismos síntomas
En la barra, se habla del calor que está haciendo, otro de los temas de conversación de estos días hasta que alguien nombra “a la pobre Granada”. Era una mujer muy conocida en el pueblo y a su hijo se le acercan los vecinos para darle el pésame. Antonio Tomás Pineda cuenta que el virus lleva ya un tiempo afectando a la población de La Puebla del Río, pero muchas de las personas que han enfermado no están diagnosticadas. “Mi padre murió en 2016 y pasó por los mismos síntomas que ahora hemos visto en mi madre, en una semana”.
A pesar de que era una persona mayor de 86 años y que vivía en una zona de riesgo, los dos primeros días no fueron bien atendidos por el Servicio de Emergencias 061. De hecho han acabado poniendo una reclamación.
“Mi madre empeoraba por horas. Empezó con malestar general, sólo decía que estaba muy mal. Después todo lo que tomaba le sabía a metal; terminó caminando de una manera descoordinada. Avisamos al 061 y nos decían que llamáramos al médico de cabecera. Como insistimos, cuando cogieron el teléfono se oyó una voz por detrás decir que éramos los pesados de la calle en la que vivía mi madre. Hasta que le subió la fiebre y dejó de mover los brazos”.

Así relata el hijo de Granada sus últimos días de vida. Y lo hace para que las administraciones y la población sean conscientes de que lo que ocurre es muy grave. “El virus ataca el sistema nervioso, a mi madre le diagnosticaron una meningoencefalitis provocada por el virus. Al hospital llegó con una fuerte bajada de sodio y fue perdiendo el control muscular, incluida la capacidad de respirar”.
Antonio Tomás piensa que, aunque es cierto que la cercanía de las tablas de arroz son ecosistemas de mosquitos, se pregunta “por qué en Isla Mayor que hay mucho más arroz que aquí no se ha dado ningún caso”. Está seguro de que “es el foco más recurrente pero no el único. Es un problema global de cualquier humedal”.
Control de plagas por vías de urgencias
Responsables del Ayuntamiento de La Puebla del Río, gobernando por los independientes del partido DeLaPuebla unidos a un concejal de IU, dicen no tener recursos para fumigar uno de los términos municipales más grandes de la provincia de Sevilla, comenzando a solo 19 km de la capital de provincia, y acabando junto a Trebujena (provincia de Cádiz) y a pocos kilómetros de la desembocadura del Guadalquivir, en Sanlúcar de Barrameda.
La delegada de Salud apunta que el control que realiza la Junta de Andalucía los ayuda a conocer las estadísticas, diagnosticar la cantidad de mosquitos y avisar si hay virus circulante. Pero estas medidas, siendo muy necesarias, no son suficientes. Y la prueba está en lo ocurrido hasta ahora.
La Diputación provincial comenzó esta semana distintas acciones para el control de la plaga de mosquitos potencialmente transmisores del Virus del Nilo Occidental en los 13 municipios afectados, Almensilla, Aznalcázar, Bollullos de la Mitación, Las Cabezas de San Juan, Coria del Río, Dos Hermanas, Isla Mayor, Los Palacios y Villafranca, La Puebla del Río, Lebrija, Palomares, Utrera y Villamanrique de la Condesa.

Por vía de urgencia, después de que la Junta de Andalucía aceptara las declaraciones de emergencia no catastrófica debida a la antopozoonosis causada por el Virus del Nilo, se ha contratado a dos empresas que trabajarán en la zona. Lokimica S.A, para las actuaciones en el margen derecho del río Guadalquivir, y Athisa, para las que se ejecutarán en el margen izquierdo.
Mientras, en la farmacia de la Avenida de la Blanca Paloma, Alejandro Pineda cuenta que este verano ha aumentado al menos en un 50 por ciento la venta de repelentes para mosquitos. “Los vecinos están muy preocupados. Aquí en verano estamos acostumbrados a los mosquitos, por la noche el escaparate de la farmacia estaba plagado de ellos. Pero los mayores no se atreven a salir al atardecer”.
Aunque diagnosticados desde la pandemia de covid sólo hay constancia de ocho vecinos del municipio infectados por el Virus del Nilo -tres de ellos fallecidos-, hay muchos que han pasado por los mismos síntomas y han conseguido superarlo sin saber si lo tenían. “No te puedes hacer una idea de la gente que relataba que había tenido los mismos síntomas en el tanatorio“, dice Antonio Tomás. Y apunta que no hay tratamiento “sólo puedes confiar en que tu cuerpo reaccione”.
En poco menos de un mes, el peligro habrá pasado hasta el año que viene y dejará de ser noticia. Por eso Antonio, uno de los vecinos que se acerca al hijo de Granada para darle el pésame no entiende cómo “los vecinos no nos echamos a la calle para pedir que tomen de una vez medidas para acabar con este problema”.
Para Victorino, Fabiola y Granada ya es demasiado tarde.
Libertad Fernández, delegada de Salud del Ayuntamiento de La Puebla del Río, habla para El Pespunte de la situación actual ante el Virus del Nilo.@AytoDeLaPuebla
Lee el reportaje completo sobre cómo viven los vecinos bajo la amenaza de los mosquitos👇👇https://t.co/z1QZjZ5zK5 pic.twitter.com/bGmuJzqNoP— El Pespunte (@elpespunte) July 26, 2024
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