
¿Un pueblo de Sevilla más grande que Nueva York? Sí, has leído bien. En el corazón de Andalucía se esconde una localidad que desafía todo lo que entendemos por «pueblo». No hablamos de una ciudad inmensa, sino de un municipio que conserva la estética andaluza más tradicional: torres barrocas, plazas soleadas y casas encaladas.
Pero su tamaño no tiene nada de pequeño. Según recoge el HuffPost, esta localidad sevillana cuenta con una superficie que supera los 978 kilómetros cuadrados. Eso significa que es más grande que la Gran Manzana, que apenas roza los 789 km². En otras palabras: un pueblo andaluz le gana en extensión a la ciudad que nunca duerme.
Lo más curioso es que, a pesar de sus dimensiones, su población no llega ni a los 40.000 habitantes. Una densidad muy baja si la comparamos con otras grandes urbes del planeta. Esta desproporción entre superficie y población ha convertido a esta localidad en un caso casi único en España.
Más grande que muchas capitales europeas
Pero el dato no queda ahí. Este municipio dobla en tamaño a muchas capitales del continente. Es, por ejemplo, nueve veces más grande que París, que apenas ocupa 105 km². También supera a Berlín, a Bruselas o a Roma.
Solo Londres le gana, con 1.572 km² de extensión, pero hay una diferencia clave: el municipio andaluz está unificado en una sola entidad local, no dividido como muchas áreas metropolitanas.
¿A cuántos campos de fútbol equivale su superficie? Unos 13.000. Y aún así, conserva la esencia de pueblo: sus torres, su plaza, su gente y su calor.
La sartén de Andalucía
Y cuando decimos “calor”, lo decimos literalmente. Este pueblo es también famoso por ser uno de los lugares más calurosos de España. No por nada se ha ganado el sobrenombre de “la sartén de Andalucía”.
Durante el verano, los termómetros superan los 40 °C con facilidad. Las brisas del Atlántico no llegan hasta allí, frenadas por los Montes Subbéticos. El calor se queda, se acumula y se nota.
Pero eso no impide que cada año lleguen turistas atraídos por su patrimonio monumental, declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1966. Torres barrocas, palacios señoriales y un pasado que se respira en cada calle.
Así es Écija
Ahora sí: hablamos de Écija. Esta joya sevillana, que muchos aún no han descubierto, es un gigante geográfico con alma de pueblo.
Situada entre Sevilla y Córdoba, Écija combina agricultura, turismo y una rica gastronomía basada en el aceite de oliva virgen extra. Un destino perfecto para los que buscan historia, autenticidad… y espacio. Mucho espacio.
