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En lo intenso

En lo intenso

Agosto siempre termina, porque agosto nunca acaba de empezar. Antes de que seas consciente de que estás viviéndolo se esfuma, antes de saludar ya ha terminado de despedirse. Las mejores cosas son las que pasan sin que uno se dé cuenta.  Agosto es una chavala con la que pasaste una sola noche y te marcó. No sabes su nombre, ni siquiera te acuerdas muy bien de su aspecto, solo te atreves a recordarla como se recuerdan las cosas bonitas; imaginándolas.

Lo breve suele ser corto por intensidad, y la intensidad es el principal síntoma de que algo se ha vivido como se ha de vivir. No se puede estar atento a más de una cosa, ni tampoco pedirle a las demás cosas que nos dejen de pedir su atención. La vida es un juego de balanzas, un mercadillo del tiempo. La brevedad de lo intenso hace que se pierdan detalles, o si se mira de otra manera, que solo nos quedemos con los detalles en los que decidimos reparar en el momento concreto de vivir, esos que luego aderezaremos con la imaginación para terminar de montar nuestros propios recuerdos.

Agosto no puede ser eterno, porque lo único que puede ser eterno es lo que hicimos en agosto. El verano no es eterno, el recuerdo sí. Las playas se quedan solas, los pueblos vuelven a estar vacíos, las maletas se deshacen, pero el equipaje de la cabeza permanece almacenado. Para echar de menos algo hay que ser capaz de no conocerlo de más. El quedarse con las ganas es lo único que nos da ganas. Tener algo de miel en los labios, nos hace soñar con una cuchara sopera llena de miel.

Lo que no nos dan es lo que más anhelamos, lo que nunca nos atrevemos a hacer es lo que más satisfacción nos supondrá. Al egoísta es al que más se le celebra un gesto de generosidad. Somos injustos por naturaleza, animales de contrastes. Somos tan simples que nos creemos complejos. Siempre pensamos que si algo es bueno, lo que vendrá después será mejor, pero no siempre es así. Lo que viene después de lo bueno es la decepción, lo que espera detrás de la victoria es la derrota, lo que hace interesante los inicios son los finales. Prefiero guardarme mi derecho a decepcionar, para al menos intentar hacerlo con gente que no me importe una mierda.

Los degradados en el pelo, nunca a tu lado. Quiero a mucha gente que no se merece mi cariño, me quiere mucha gente que no quiero que me quiera. Intento ayudar a personas que no se quiere dejar ayudar, agradezco la ayuda que me brindan aunque en el fondo sepa que no me ha servido de nada. Al final, casi siempre agradecemos más la presencia que el acto en sí, el abrazo que la palabra, la bronca que el halago, el saber que aunque hay cosas que solo dependen de ti, siempre hay alguien ajeno detrás que sabe quitarle hierro a los asuntos y quererte con tus miserias. El único infierno que me puede intimidar es en el que mis amigos no están. Y en este agosto caluroso, como siempre, han estado viviendo lo mío con la intensidad con la que yo vivo lo de ellos. Esa es la excepción que rompe la regla. Hay amistades intensas pero eternas.

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Santi Gigliotti
Twitter: @santigigliotti
Fotografía: Unsplash.

 

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