Elecciones andaluzas

El lunes 30 de enero el Presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, firmaba el Decreto de disolución del Parlamento andaluz y convocatoria de las elecciones autonómicas para el próximo 25 de marzo. Se daba así el pistoletazo de salida para la celebración de los novenos comicios andaluces, con una importante y destacada particularidad: por primera vez desde 1990 se celebrarán en solitario, o casi, por la convocatoria a última hora de Álvarez Cascos, incapaz de ponerse de acuerdo con nadie para gobernar Asturias. Se rompe así con una tradición del anterior Presidente, Manuel Chaves, que siempre había hecho coincidir, en contra de lo anunciado en ocasiones, las votaciones al Parlamento andaluz con otras de diferente índole, normalmente con Elecciones Generales, anteponiendo tal vez intereses partidistas a los del Pueblo andaluz. Puede parecer una cuestión baladí o anecdótica, pero no lo es.

Hagamos un poco de memoria. El día 4 de diciembre de 1977 un millón y medio de andaluces nos manifestamos en las capitales de provincia respondiendo a la convocatoria de los Diputados y Senadores elegidos por las provincias andaluzas. Yo tenía solo 11 añitos, vivía en Córdoba, y no sabía muy bien de que iba aquello, pero iba de la mano de mi padre, catalán por cierto, y en la otra empuñaba una bandera blanca y verde, y cantábamos por la calle una canción que hablaba de paz y esperanza.

Andalucía quería romper con el tradicional abandono a que se había visto sometida a largo de décadas desde el Gobierno central, donde las inversiones en infraestructuras y desarrollo se habían concentrado en otras partes del territorio. Andalucía quería tomar las riendas de su destino, tener su propio parlamento, sus propias leyes. Andalucía quería autonomía.

Después vino la Constitución de 1978, que entre sus varias chapuzas incluía una diferenciación del poder autonómico, estableciendo dos fórmulas distintas, quizás por aquello del consenso, porque el Título VIII fue de los duros de pelar, con algunos de la vieja guardia del franquismo reconvertidos en padres del texto constitucional, a los que aquello de las autonomías no les casaba con lo de una, grande y libre.

Simultáneamente, todos los partidos políticos implantados en Andalucía unificaron esfuerzos y voluntades en el histórico Pacto de Antequera (diciembre de 1978), por el que se comprometían a trabajar conjuntamente para conseguir en el menor tiempo posible la autonomía.

Finalmente, el 28 de febrero de 1980 se celebra el Referéndum sobre la iniciativa del proceso autonómico de Andalucía, que contó con mil y una trabas por parte de la entonces gobernante Unión de Centro Democrático (UCD), desde un férreo control de la campaña a través de los medios de comunicación públicos, hasta la imposición del texto de la farragosa pregunta que se planteaba a los votantes. La UCD y Alianza Popular pidieron el voto en blanco o la abstención (curioso). No se cumplieron los requisitos formales planteados, pues no se llegó a alcanzar la mayoría absoluta en la provincia de Almería, pero quedó de manifiesto la voluntad del pueblo andaluz de acceder a cuotas de autogobierno que habían sido cercenadas 45 años por un golpe de estado, y condicionadas constitucionalmente. Los Acuerdos Autonómicos de 1981 terminaron con aquella absurda limitación.

Fue un duro camino, pero entonces, los andaluces, al igual que el  resto de españoles, se encontraban sedientos de democracia y libertad, y se luchaba por ellas con ilusión.

Hoy, 30 años después, cuando la democracia se encuentra consolidada y cada vez más anquilosada y apoltronada, con unas instituciones que no cumplen las expectativas de gran parte de la ciudadanía, con una clase política cada vez más denostada y salpicada por casos de corrupción, con EREs, chanchullos y trajes de por medio, aunque sean “no culpables” a ojos de la Justicia, nos encontramos frente a unas elecciones en las que se decide el futuro político de nuestra comunidad autónoma para los próximos cuatro años. Espero y deseo que el debate se centre en nuestra tierra, en su presente, sin perder de vista el pasado, pero sobre todo mirando al futuro. Que de verdad oigamos a los candidatos plantear propuestas, medidas concretas, proyectos, que se hable de Andalucía, de sus problemas, de sus matices, de sus peculiaridades, de sus posibilidades. Espero y deseo que los andaluces recuperemos la ilusión y el espíritu de la transición, que participemos, que busquemos cauces alternativos a los oficiales para recabar información de partidos minoritarios y alternativos, que sintamos que podemos cambiar las cosas, que nos movilicemos.

Así que sin entrar a valorar si en esta ocasión han primado los intereses del Partido Socialista o los de Andalucía a la hora de tomar la decisión, cosa que desconozco, quiero aplaudir desde esta tribuna la medida adoptada por Griñán. Que se hable de, por y para Andalucía. Que los partidos políticos aprovechen la oportunidad y centren sus miras en nuestra tierra, que falta le hace.

¡Andaluces levantaos!

Carlos Querol

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  • Excelente recordatorio de nuestra historia reciente, y excelente ejemplo de ecuanimidad, sobre todo cuando procede de un hombre que todos sabemos que NO milita, ni en el partido en el poder, ni en el posible relevo.
    Y ya que no lo pide el Sr. Querol, pidámoslo nosotros los de a pié:
    ¡Abramos bien los ojos ante los futuros “Reyes Magos” y ante los pasados trileros!
    Andalucía es una tierra que se quedó sin agricultura, sin pesca, sin tejido industrial. Una tierra de camareros, y políticos y burócratas profesionales subvencionados.
    Posiblemente, quien más contento esté, sea D. Emilio Botin.
    Proverbio árabe: “La primera vez que me engañes, la culpa es tuya. La segunda vez que me engañes, la culpa es mía”.

  • Carlos en su artículo nos hace ver la historia reciente de nuestrra tierra, y viene bien refrescar la memoria.

    Pero la memoria es pasado, y me quedo con lo último, aunque como siempre, se centrarán los debates en todo lo que van a hacer “todos” por Andalucía, pero una vez ocupada la poltrona, se desasparece esa historia de la memoria. .

    Ya veremos, porque del dicho al hecho……

    Magnífico, Carlos.

  • Buen trabajo Carlos:Es importante la memoria, que además en este caso es reciente, y es importante tambien el llamamiento que haces a que participemos y busquemos cauces alternativos, creo que hay está la clave, no deberiamos caer en el consabido “dejar Guatemala para caer en guatepeor” hay que buscar otras vias y las hay. El bipartidismo dominante está demostrado lo que hace , es decir obedecer a la dictadura de los insaciables MERCADOS y ya se sabe “donde mandan los mercados no hay DEMOCRACIA” , y recojiendo otro eslogan del M 15 -M , no hay pan para tanto chorizo. SALUDOS.

  • Enhorabuena???? Esto es un artículo de opinión??? Esto lo que es sin duda es un artículo de la “wikipedia” añadiéndole tintes ideológicos rojizos de vez en cuando!!!!

  • Enhorabuena Sr. MARIBÚ:
    Al manos habrá de reconocer las ventajas de los tiempos actuales.
    Con su escrito demuestra,que al menos no le tapan……la boca.

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