El día amanecía apetecible para tener una Cofradía en la calle, aunque ésta no saliese hasta la madrugada del Jueves Santo. Día de preparativos en Osuna, montaje de flores y en la Colegiata, se respiraba un ambiente de salida, de cortejo y sobre todo, de Misericordia. Se oía el silencio.
A las 0:00 h., con puntualidad británica, un nazareno llamaba, como sucede todos los años, a la puerta de la iglesia de la Colegiata, para así, dar comienzo con la Estación de Penitencia de la Cofradía.