Hoy, Salida Procesional extraordinaria de la Virgen de los Dolores.

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La Hermandad Sacramental y Venerable Orden Tercera de Siervos de Nuestra Madre y Señora de los Dolores de Osuna conmemora el tercer centenario de la emisión de la patente para erigir una Esclavitud Servita en Osuna, el 21 de septiembre de 1719, en el antiguo convento de los mínimos de San Francisco de Paula, hoy parroquia de la Victoria. Como culmen a los distintos actos que se han venido celebrando, hoy sábado día 21, a las 20 horas, tendrá lugar el Solemne Pontifical en acción de gracias por los trescientos años de la presencia servita en Osuna, estando presidido por el Emmo. y Rvdmo. Sr. Cardenal Carlos Amigo Vallejo, arzobispo emérito de Sevilla.

A continuación, en torno a las 21:30 horas, comenzará la procesión extraordinaria de Nuestra Madre y Señora de los Dolores, en su paso procesional, por las calles Carrera, plaza Rodríguez Marín, Carrera, Plaza Mayor, Tía Mariquita, Huerta, Arcipreste Govantes, visita a la parroquia de Consolación (00:00 h.), Antequera, plaza Salitre, Carmen, visita a la iglesia del Carmen (01:00 h.), Cristo, plaza Juan XXIII, visita al convento de San Pedro (01:20 h.), San Pedro y Carrera, estando prevista la entrada hacia las 02:00 horas. Para esta ocasión, el acompañamiento musical correrá a cargo de la Banda del Maestro Tejera de Sevilla. De manera excepcional, el paso ha sido adornado con velas rizadas, pues nunca las ha llevado, mientras que mantiene un exorno floral clásico a base de clavel y lilium blanco y siempreviva rosa.

El paso de Nuestra Madre y Señora de los Dolores consta de respiraderos neobarrocos, en metal plateado, labrados por Juan Contreras en 1940, adquiridos a la Hermandad de la Paz de Sevilla junto a un juego de varales en 1961, de modo que fue el primer paso de palio sevillano que se implantó en Osuna. Sin embargo, nunca llegó a utilizar los varales manteniendo, así, la peculiaridad de procesionar sin palio.

El juego de jarras corresponde a los hermanos Delgado en 1996, la candelería al taller Orfebrería Andaluza, Manuel de los Ríos, en 2006 y el llamador a la factura de Emilio Méndez. Sin embargo, sobresalen sobremanera la corona procesional y el corazón traspasado por las siete espadas. La corona es una espléndida obra de plata cincelada por Juan Sánchez Izquierdo, uno de los plateros cordobeses más representativos de la primera mitad del siglo XVIII, que contiene la inscripción: SE HISO ESTA/ CORONA A ÐVO/ SION Ð LOS ÐVO/ TOS AN Ð 1747.

Como curiosidad, en su hornacina central aparece una reproducción de la propia Virgen de los Dolores, en busto hasta las caderas; y en la trasera el Niño Jesús de Pasión, una escultura atribuida a José de Risueño que actualmente se halla en el manifestador del retablo mayor del templo. El corazón, por su parte, es una riquísima pieza anónima realizada en filigrana de oro y bordeada de esmeraldas, de probable factura cordobesa. En su campo aparecen algunos atributos de la Pasión y el reverso contiene el lema CHA RI TAS y la inscripción SE HIZO A DEVOCION/ Ð DN ANTNOO JPH/ MANZERA/ 1763; apellido ligado estrechamente a la devoción de la Virgen de los Dolores desde su origen. El último de sus atributos a destacar es la media luna, una obra neoclásica en plata.

Fastuoso es su manto procesional, diseñado por el arcipreste y hermano de la corporación don Francisco Javier Govantes García, bordado por las monjas clarisas de la localidad y estrenado en 1923. Sobre su terciopelo azul se articula un abigarrado diseño a base de grandes hojas de acantos de ascendencia romántica. El pasado Viernes Santo lució restaurado y pasado a un nuevo soporte por el taller de Sucesores de Elena Caro.

Para esta salida extraordinaria, la Virgen de los Dolores porta la saya de seda rosa-coral, con la que no se tiene constancia haya procesionado antes, pues suele usarse en el besamanos del mes de septiembre. Se trata de la más antigua de su ajuar, bordada en hilo de oro y decorada con espejuelos, probablemente de confección conventual del siglo XVIII. En su diseño destaca un gran canasto con flores en el centro y, a cada lado, la fuente y el pozo en referencia a las virtudes de María. Por último, se estrena un broche de oro regalado de la Agrupación Parroquial de la Virgen de Fátima y María Santísima de la Encarnación.

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