En los últimos años, una vertiente novedosa, comenzó a implantar una celebración americana en nuestras tierras sevillanas, esto ya es sabido por todos, pero… ¿aceptamos “lo nuevo” en nuestra cultura?
En la cultura religiosa, el 1 de noviembre se celebra el Día de todos los Santos. Desde que el Papa Gregorio IV, allá por el año 835, escogió este día para ir eliminado fiestas paganas, con la coincidencia de una de las festividades de los pueblos germanos, se celebra este día para honrar la memoria de los difuntos santificados, conocidos y no tan conocidos.
En España, más concretamente en Andalucía, tenemos la tradición de visitar los cementerios, llevar flores a nuestros seres queridos fallecidos e incluso rezar ante sus tumbas, algo, en mi opinión venido a menos, pero al fin y al cabo, tradición nuestra.
Vivimos en un lugar con fuertes raíces arraigadas, defensores de lo propio y luchadores de nuestras creencias donde no permitimos que nada, ni nadie, vengan a arrebatarnos nuestro ideal de vida, forma de vida e incluso nuestras creencias, pues somos así y así se nos conoce en el mundo entero.
Nuestra fe, fervorosa y fortísima, nos hace tener ese punto de “famoseo” en el mundo. Sacar a nuestras imágenes a la calle con la finalidad de realizar estación de penitencia, realizar cultos externos para dar muestra de nuestra fe y proclamar a los cuatro vientos que creemos en un dogma inmaculado de la Virgen María y en la Santísima Trinidad de Dios, además de la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
Todo esto, bien, pero… ¿por qué celebrar Halloween? Me remito al inicio del texto, donde indico que una vertiente moderna está implantando Halloween en nuestra forma de vida. Una celebración, que la mayoría, no sabe al 100% por qué se celebra y qué finalidad tiene.
Podríamos definir Halloween, de forma popular, como un día en el que los niños se disfrazan para dar miedo y sustos, se pasa un buen rato y se monta una fiesta. Está bien, todo lo que sea divertirnos está estupendo, pero… ¿por qué se celebra Halloween?
Halloween es más antiguo que el Día de todos los Santos, pero no es una cultura española, ni Estadounidense, sino una cultura Celta, en la que festejaban el fin de la cosecha de verano, celebrándose por la creencia que los celtas tenían de que las almas de los muertos regresaban a nuestro mundo y para no ser atacados se disfrazaban para entretenerlos.
El mundo de los muertos, la curiosidad en creer que hay algo más allá de la muerte, es a lo que llevó en 1921, en Minnesota, a realizar el primer desfile de Halloween en Estados Unidos.
De origen pagana, esta fiesta es totalmente contraria a nuestras creencias, nuestra forma de vida y nuestra ideología cristiana, pues no es de recibo creer algo de lo anteriormente expuesto, si de verdad creemos en la santificación, en Dios y en la Iglesia, si de verdad creemos…
No es justo que defendamos nuestra tierra a capa y espada, nuestra forma de ver y sentir la Semana Santa, la forma de llevar los pasos sin dejar que nos enseñe nadie de fuera, nuestra forma de vestir a las imágenes, nuestra forma de gobernar las Hermandades o de celebrar nuestro cultos, y ahora transformarlo todo, por celebrar una fiesta “simpática” cuando precisamente no lo es.
Quiero dejar constancia que este artículo es de opinión personal y no trascendental. Que el equipo de este periódico libre está al margen de su redacción y que está realizado para poner en conocimiento del lector ambas tradiciones, su forma de celebración y sus por qué se celebran. Ahora, desde el punto de vista cristiano y católico, cofrade y de Hermandad, que cada cual piense o aporte lo que cree oportuno. Este periódico está abierto a la redacción de cualquier artículo similar o contrario.
Carlos Bellido García