El trastorno narcisista de la personalidad


Hay muchos factores sociales, muchos, por los que se ha llegado a creer que padecemos una pandemia de trastornos narcisistas de personalidad. No es cierto, pero la sobreexposición en las redes sociales y el descenso de vínculos y relaciones reales y de calidad hacen pensar que un individualismo desalmado nos lleva a todos en brazos, cuesta abajo y sin freno.
Pero el trastorno narcisista es otra cosa. El Manual de Diagnóstico Psiquiátrico (DSM-5) de la Asociación Psiquiátrica Americana recoge los principales rasgos de personalidad que describen el trastorno narcisista. Para empezar, las personas narcisistas poseen un altísimo concepto de sí mismos y de su importancia. Exageran sus capacidades y méritos y son capaces de convertir los fracasos en éxitos. Lo hacen elaborando argumentos que adulteran la realidad para que, al final, todo encaje con el sentido grandioso que tienen de sí mismos. Lo que ellos hacen no es bueno, es lo mejor; no es grande, es lo más grande. Por eso son sus mejores consejeros y nunca pedirían ayuda a nadie: les ofrecería parte en su éxito. Un éxito hinchado de fantasías ilimitadas de la que hablan con conceptos grandilocuentes. Además, polarizan al máximo tanto los hechos como las relaciones: yo, asombroso; ellos, un completo desastre. Quizás por eso, más que gratitud, lo que exigen de los demás es una admiración excesiva y controlan cómo evolucionan sus redes sociales, qué se dice de ellos en el trabajo o qué relevancia tienen dentro del grupo de amigos. Aunque parezca contradictorio, su autoestima es muy vulnerable a la crítica y demandan ser reforzados constantemente.
Naturalmente, estos delirios de grandeza les hacen incapaces de tener el más mínimo espíritu crítico y, por ende, una percepción ni de lejos objetiva de la realidad. De hecho, sus necesidades, pasiones o deseos forman parte de su trabajo y de sus proyectos. No van aparte… y son más importantes que los demás, a los que no muestra ninguna empatía.
A su parecer, un problema en el trabajo esconde a un enemigo personal o un cuestionamiento personal es una persecución organizada por pura envidia. Por eso no se relacionan con cualquiera, ya que tienden fácilmente a despreciar a los demás con dureza. Como se consideran especiales y únicos, solo se siente entre iguales con personas que creen especiales, famosas o de elevado status. Incluso presumen en público de ello aireando confidencias o restando valor a esas mismas personas a las que se une y desprecia. Si, además, consiguen en la vida cualquier cota de éxito en la esfera social, pueden alimentar trastornos narcisistas extremos, los cuales cursan con delirios de grandeza y periodos de estrés, que pueden llegar a ser de tipo psicótico.
Por otra parte, los narcisistas tienen sus propias leyes por encima de las personas y al margen de la verdad o la justicia, de modo que, hagan lo que hagan, sienten que son intocables y están justificados. Nunca se disculpan. Por eso actúan de forma desafiante y hacen alarde de una forma absoluta de liderazgo, ya que son determinados, fuertes y sin escrúpulos. Manipuladores y egoístas, si creen que no lo mereces, no te pagarán ni los servicios que les hayas prestado o la comida que comieron en tu restaurante. De hecho, manifiestan no pocas veces actitudes o comportamientos antisociales. Son grandes explotadores tanto en el ámbito laboral como en las relaciones interpersonales. Y es que el narcisista tiene muy claro que las personas están al servicio de la consecución de sus propias metas.
En general, sus relaciones de pareja son tensas y plagadas de vaivenes, teniendo dificultades para enamorarse de verdad. Propenso a generar problemas familiares, suelen sufrir distintas formas de rechazo o abandono de las personas con las que se relacionan. El motivo es que idealizan y menosprecian a aquellos con los que mantienen una relación estrecha. Vivir con una persona con rasgos narcisistas es agotador, porque se trata de satisfacer constantemente sus necesidades y de que obtengan refuerzos constantes. Por ello, las relaciones de pareja suelen ser difíciles y, en muchas ocasiones, la pareja intenta huir de esa relación de abuso. Son las personas con una personalidad dependiente las que más aguantan los desprecios del narcisista y las que mantienen durante más tiempo una relación estable con él.
Mañana, lunes 20 de enero de 2025, Donald Trump será investido como Presidente de los EE.UU. Son abundantes los estudios sobre su trastorno narcisista de personalidad, tan extremo como a la vista. Quizás el domingo que viene hablemos del “síndrome de hubris”. A ver si adivinan ustedes a qué político español le toca.

A DIOS ROGANDO
Teólogo, terapeuta y Director General de Grupo Guadalsalus, Medical Saniger y Life Ayuda y Formación.