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El poeta Pedro Garfias será nombrado hijo adoptivo de Osuna

El poeta Pedro Garfias será nombrado hijo adoptivo de Osuna

El Pleno del Ayuntamiento de Osuna aprobó el lunes 5 de junio una moción presentada por el Grupo Municipal de Osuna Puede en la que se pedía que el poeta Pedro Garfias fuera nombrado hijo adoptivo de Osuna. La moción, que fue defendida ante el Pleno por el concejal de Osuna Puede Fidel González, solicitaba se le concediera al poeta dicha distinción al celebrarse el próximo 9 de agosto el cincuentenario de su muerte en tierras mexicanas, donde vivía exiliado después de la Guerra Civil.

Aunque Pedro Garfias no nació en Osuna, su alumbramiento tuvo lugar en Salamanca el 27 de Mayo de 1901, su vinculación con Osuna fue muy temprana. La mayoría de sus estudiosos, entre ellos José María Barrera, sitúa su llegada a Osuna a finales de 1904 o principios de 1905, con apenas tres años. Los padres del futuro poeta, Antonio Garfias (Alosno, Huelva, 1866) y María Dolores Zurita (Sevilla 1880), establecieron su domicilio en la calle El Cristo número 6. Será aquí en Osuna donde Pedro Garfias viva sus primeros años de juegos, realice los cursos de primaria y asista, con sólo ocho años, a la muerte de su madre (14 de Junio de 1909). Después de estudiar secundaria en Cabra y preparatorio de Derecho en Sevilla, Garfias se traslada a Madrid con la intención de proseguir sus estudios. Tras una ausencia prolongada, regresa a Osuna en 1923. El Garfias que se encuentra de nuevo en Osuna, ya no es el niño que se marchó para realizar sus estudios de secundaria en Cabra y los de Derecho en Sevilla, primero, y, posteriormente, en Madrid, sino un poeta que ha vivido muy de cerca los movimientos vanguardistas de los primeros años del siglo XX y conocido y tratado a los artistas más relevantes de esos años: García Lorca, Rafael Alberti, Luis Buñuel, Antonio Machado, Gómez de la Serna….

Estos años de estancia en Osuna, Garfias los dedica a dar largos paseos, a acudir a tertulias, principalmente con cantaores flamencos de la localidad, a profundizar en su compromiso político y, cómo no, también al amor. Conoce a Margarita Fernández, hija de un terrateniente, y se casa con ella en Diciembre de 1929 en la Iglesia de Consolación.

En 1930 se traslada definitivamente a Madrid. A partir de este momento, la vida de Pedro Garfias corre paralela al Historia de España: proclamación de la II República, por la que el poeta toma partido; inicio de la Guerra Civil, donde encontramos al poeta defendiendo activamente al Gobierno legítimo de la República; y comienzo del exilio; primero, en el campo de internamiento de Saint Cyprian; después, una estancia de seis meses en Inglaterra; y por último, el exilio definitivo en México. En plena Guerra Civil, Pedro Garfias recibe el Premio Nacional de Literatura (Marzo de 1938), otorgado por un jurado compuesto por, entre otros, Antonio Machado, Tomás Navarro Tomás, Enrique Díaz Canedo, María Zambrano… La cuantía del premio no se pudo hacer efectiva entonces, pero sí muchos años después, siendo Ministro de Cultura Jorge Semprún.

Antes de morir en Monterrey, Pedro Garfias nos ha legado un número incalculable de poemas. Algunos recogidos en libros, Ala del Sur (1926), Poesías de la Guerra (1937), Héroes del Sur (1938), Primavera en Eaton Hastings (1941), Río de Aguas Amargas (1953)… Otros, en servilletas o en el primer papel a mano. También una revista literaria, Horizonte, en la que Rafael Alberti publicó su primer poema y en la que escribieron asiduamente Gómez de la Serna, García Lorca, Antonio Machado…

De Pedro Garfias han hablado y escrito autores de su época: Luis Buñuel en sus memorias, Mi último suspiro; Pablo Neruda también en su libro de recuerdos Confieso que he vivido; Rafael Alberti en su Arboleda Perdida; Dámaso Alonso quien dijo que Primavera en Eaton Hastings era el mejor libro de poesía del exilio….Y también autores reciente como Roberto Bolaño (escritor chileno exiliado en México y también en España, Barcelona,) en su novela Los detectives salvajes.

Antes de morir en Monterrey, México, Pedro Garfias escribió unos versos premonitorios:

Me gustaría

que fuese tarde y oscura

la tarde de mi agonía

Me gustaría

que quien cerrase mis ojos

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tuviese manos tranquilas.

………………………………..

Me gustaría

que me llenase la boca

de tierra mía.


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