El poder de la sonrisa
La sonrisa…dícese de aquel gesto no verbal utilizado para reflejar emociones como la alegría o la vergüenza. Un gesto que puede parecer nimio, pero cuyo valor y beneficios son incalculables. Reduce el estrés, fortaleciendo así, el sistema inmunológico, disminuye la presión arterial y el dolor físico…Atrae a las personas, genera confianza, se contagia, disminuye la probabilidad de padecer deterioro cognitivo…
Sin embargo, a pesar de todo ello, en nuestro día a día olvidamos y obviamos sonreír. Vamos tan ajetreados que, en muchas ocasiones, se acaba el día y aunque quizás hayamos realizado las tareas programadas, se nos ha olvidado lo más importante de todo, sonreír. Pues sonreír debería ser una tarea obligatoria instaurada en nuestra rutina diaria.
“Fumar me relaja”, “Beber me anima y tranquiliza” son algunos de los mitos más conocidos y comentados, sin embargo, ¿Sabías que la sonrisa y los abrazos son los mejores ansiolíticos y que su poder tranquilizador supera al de cualquier fármaco?
Hablamos de la importancia de cuidarnos, y olvidamos sonreír. Queremos sentirnos bien y obviamos sonreír. Intentamos y ansiamos ser felices y eludimos sonreír. ¿Y si quizás se trata de sonreír antes y sentir después? ¿Por qué esperamos a sentir para después actuar si lo que realmente podemos elegir es la conducta? Sonreír simplemente en una ocasión cambia la actitud con la que afrontamos el día, modifica el estado de ánimo y nos relaja. Si no perdemos nada por ello, es gratis y tiene múltiples beneficios, incluyendo el llevar mejor aquello que te preocupa e importa, ¿Por qué esperamos tanto para sonreír?
Autora: Paula Morales Olivares
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