El origen del descabello
El 6 de agosto de 1934 toreaban en la plaza de La Coruña Juan Belmonte, Ignacio Sánchez Mejías y Domingo Ortega.
Los toros eran de la ganadería del Marques de Albaserrada.
Al salir el primero de la tarde Juan Belmonte fue prendido y recibió una voltereta mientras toreaba con la capa. Se rehízo y siguió toreando.
La crónica de ABC escrita por Eduardo Palacio cuenta lo siguiente:
“Intentó descabellar, y el toro le tiró un derrote a la muñeca derecha, saliendo despedido el estoque como una catapulta hasta las últimas filas del tendido 1, donde quedó clavado en el lado derecho del espectador”.
En el libro de Jesús Reiriz titulado “Anecdotario coruñés” también hay una referencia de este acontecimiento.
“ El diestro Juan Belmonte tiene que descabellar a su primero. Toma, como hacen todos el estoque, el mismo que ha utilizado antes para intentar matar. El toro se revuelve, el estoque sale despedido y se clava en el espectador que ocupa el asiento 34 de la fila sexta del tendido 1. El herido se llama Cándido Roig Roura. Tiene 36 años, es natural de Portosin y, por cierto ocupa un asiento contiguo al del crítico taurino de “La Voz”. Ingresa Cándido en la enfermería de la plaza. Muere al poco rato. Deja viuda y cinco hijos.
El parte médico decía:
“ El cadáver de D. Cándido Roig Roura, presenta una herida penetrante en el tórax parte derecha, atravesando el pulmón, mortal de necesidad. También fue asistido el diestro Juan Belmonte de una distensión ligamentosa en la muñeca derecha. El mismo estoque que mató al infortunado D. Cándido Roig, hirió al periodista local Carlos García Puebla, colaborador del El Ideal Gallego y otras publicaciones de La Coruña”.
La tarde fue de lo más accidentada. El mozo de plaza , Francisco Pereiro, se clavó una banderilla en el muslo izquierdo cuando se la arrancaba al toro lo que le provoca una herida que el parte médico califica de pronóstico reservado.
No era la primera vez que un estoque saltaba a los tendidos, pero nunca con tan funestas consecuencias. A raíz de este incidente el Ministerio de la Gobernación dicta una orden el 17 de agosto de 1934 para abrir un concurso de ideas para solucionar el problema. Se presentan 46 modelos de estoque de descabellar diferentes. Se descartan 38 y los ocho restantes fueron probados en Matadero de Madrid, según cuenta el blog taurino “Recortes y Galleos”.
La fecha en la que fueron probados esos 8 descabellos finalistas fue el 27 de noviembre de 1934. Se encargaron de probarlos los matadores de toros Fortuna y Pepe Bienvenida y los novilleros Finito de Valladolid, Chavito y Jesús Santiago. Se probaron después en diversas plazas de toros, hasta que fue aprobado el modelo presentado por el matador de toros retirado Vicente Pastor.
El 6 de enero de 1936 se dicta una orden ministerial para que sea de obligado uso desde el 1 de mayo de ese mismo año. Hasta nuestros días no ha cambiado la reglamentación y se sigue utilizando el modelo aprobado en su día.
. La muerte del espectador no se le comunica a los diestros actuantes, pero Juan Belmonte tuvo que ser asistido de la distensión en la muñeca producida por el incidente al ir a descabellar y al entrar se encontró al aficionado de cuerpo presente. Posteriormente sufragaría todos los gastos del sepelio y el entierro y organizó un festival en la localidad natal del finado para ayudar a la familia.
Aquella corrida fue aciaga no solo por la muerte de aquel espectador.
En un artículo publicado en ABC por el entonces decano de la prensa taurina catalana, el gran Antonio Santainés, este contaba que al finalizar aquella corrida a Domingo Ortega lo llaman para decirle que su hermano Matías ha fallecido. En el viaje de vuelta a Madrid una densa niebla impide la correcta visibilidad y sufren un accidente de tráfico. El vehículo en el que viajaban cae por un barranco cerca de Lugo. Domingo Ortega y su banderillero Salvador García resultan heridos y en el accidente muere un pariente de Ortega, el comandante de Artillería D Francisco Caballero. El apoderado de Domingo Ortega, Dominguin, resultó ileso.
Toreaba Domingo Ortega el día 11 de agosto en Manzanares (Ciudad Real).
A causa de ese accidente volviendo de La Coruña, no puede hacerlo y se contacta con Ignacio Sánchez Mejías para que lo sustituya.
Sánchez Mejías acepta la sustitución.
El día 10 toreaba en Huesca y desde allí ordena que avisen a los empresarios de Manzanares que no va a ir finalmente a torear el día 11.
Tras la corrida de Huesca cambia de opinión y emprende viaje a la localidad manchega, aunque sin su cuadrilla habitual.
Ese hecho provoca que fuera el propio diestro el que se presente en el sorteo y saque el papelito del toro “Granadino”. Era la primera vez que lo hacía, pues como es bien sabido suelen ser los miembros de la cuadrilla los que realizan esta labor.
“Granadino” sale al ruedo como primero de la tarde e infiere una grave cornada a Sánchez Mejias, a consecuencia de la cual moriría dos días después.
Las paradojas de la vida y de la muerte.
Y es que como decía la doctora Elisabeth Kubler-Ross:
MANOLETINAS
Manuel Fernández Leal es licenciado en Derecho, máster en asesoría jurídica de empresa, docente en diversos cursos de postgrado. Aficionado práctico taurino. Conferenciante en temas de la historia de la tauromaquia. Autor del blog “Leales del toreo”. Coordinador del Aula Taurina de Antiguos Alumnos del Colegio Tabladilla. Colaborador en tertulias taurinas en Radio Ya, Radio Decisión y Onda Capital y en la revista francesa “Toros”, decana de la prensa taurina en Europa.
manolofdezleal@gmail.com