El nombre de Osuna, un malentendido
Desde que allá por el siglo XIII se publicara la leyenda en la que se habla de Pirro y los osos, el nombre de Osuna ha permanecido unido a una interpretación completamente errónea. Durante siglos se ha estado creyendo que su significado mencionaba directamente los osos que, a pesar de las cacerías de Pirro, supuestamente habían seguido siendo abundantes hasta época ya histórica. Aparte de la imagen del oso en las llamadas monedas de la Serie III (por tanto, bastante tardías), durante toda la Antigüedad parece haber habido un completo silencio en relación a este tema, lo cual resulta bastante sospechoso.
Por tanto, es de suponer que el nombre originario de Osuna tampoco tuviera nada que ver con dichos animales. Para saber cuál era su forma (y gracias a ello su significado) el primer nombre que los romanos dan a la población resulta fundamental. Vemos que su forma (Ursao) se parece bastante al de otras poblaciones íberas que fueron sometidas por los romanos. Dos de estas ciudades en época romana fueron llamadas Urgao y Bursao, que corresponden respectivamente a las localidades de Arjona (Jaén) y Borja (Zaragoza). Ahondando un poco más en sus nombres, vemos que en época íbera recibían el nombre de Urgau y Bursau, por lo que es de suponer que nuestro topónimo también acabara en “-u”, siendo su forma Ursau. La modificación que los romanos habían realizado en la vocal final corresponde a una conocida ley de fonética histórica, según la cual los nombres autóctonos terminados en “-u” pasan a hacerlo en “-o” al entrar en contacto con el latín.
Los estudios que se han realizado sobre el idioma íbero, bastante parecido al vasco, determinan que la vocal final de Ursau sería una desinencia nominal, como en vasco, con lo cual tendríamos que la palabra base es Ursa. Ahora bien, en dicha palabra está incluida una sibilante, la , cuyo valor original habría que precisar, puesto que el íbero disponía de dos tipos de sibilante, mientras que el latín sólo de uno. Resulta bastante fácil saber cuál era el que le correspondía a la palabra Ursa, si observamos el grupo de letras que le preceden, puesto que en idioma íbero nunca se da la sucesión “vocal + r + sibilante fricativa (que se representa )”. Una vez que sabemos que la sibilante de Ursa es africada, consultamos el cuadro de consonantes del vasco, y vemos que a dicha pronunciación le corresponde el grupo consonántico, con lo cual, después de haber realizado estas precisiones, llegamos a la conclusión de que la palabra que se encuentra en el origen del nombre de Osuna es Urtza.
Se trata de un término que aparece también en la formación de numerosos topónimos del País Vasco y Navarra (más de 150) y que, además, se encuentra en el diccionario vasco. Su significado es: “terreno encharcado”; es decir, “terreno de charcas o acumulaciones de agua” o, lo que es lo mismo, “Tierra de Lagunas”. Precisamente “Tierra de Lagunas” es el nombre que ostenta el Instituto de Lantejuela desde hace más o menos doce años. El nombre fue aprobado en Consejo Escolar, después de que el profesor Rafael Rodríguez Fuentes, que a diario hacía en coche el recorrido que pasa por la zona de Las Turquillas, lo propusiera. En esa zona situada en el norte del término municipal de Osuna es donde se encuentra actualmente el complejo de lagunas que ha sido catalogado como Espacio Natural Protegido de Andalucía y Zona de Especial Protección de Aves (Z.E.P.A.).
¿Existe alguna prueba escrita prerromana que pudiera apoyar esta lectura del nombre de Osuna? ¡Por supuesto que sí! Tenemos el testimonio de las monedas en caracteres neopúnicos encontradas en Itálica, Carteia y Lucena. El topónimo que se lee en ellas corresponde con bastante exactitud al nombre íbero que, después de unos 2.800 años, hemos vuelto a conocer. Los signos de escritura que se usan en dichas monedas coinciden, incluso, en señalar el carácter africado de la sibilante íbera. Esto sería una prueba más para que se reconociera de manera oficial que en época cartaginesa Osuna fue una importante ciudad que acuñó moneda. Son aspectos que durante siglos han pasado desapercibidos. Al desvelarse, la primera beneficiada es la propia historia de la ciudad. Lo curioso es que todo esto ha podido llegar a conocerse gracias al hecho de volver a poner en su lugar una letra: la vocal final de la palabra íbera.
Vemos que cualquier detalle, por muy insignificante que nos parezca, puede tener una importancia enorme. En la variación de una simple letra puede estar el origen de un malentendido milenario. Y también puede estar la razón por la que se nos ha explicado la historia de manera equivocada, dándonos gato por liebre. Aunque, en el caso de Osuna, se podría decir que el animal de trueque no ha sido el gato mencionado en este dicho español, sino una versión bastante más crecida, exactamente del tamaño de un oso.
Juan Collado Cañas
12-Octubre-2010
Periódico joven, libre e independiente.
Fundado el 24 de noviembre de 2006 en Osuna (Sevilla).
Me gustaría saber mis orígenes confuso sabiendo que procede de canarias del ducado pasaron a vivir a Madrid de hay supe de él bandolero Luis candela fue antepasado mío luego vivieron en la puebla de cazalla vivo en Ibiza hace 55años toda documentación se quemo en el 36 y todos los que podrían aclararnos esto no se encuentran ya entre nosotros no se si estoy en una pagina equivocada de ser así mis disculpas y si me podéis aclarar algo dios os bend
Mis abuelos de linage Ramos Ramírez y osuna torezano son de castilla gracias