El museo de una tienda de Arahal que hace un recorrido por la historia del comercio local

- La tienda Soria Moda Hombre tiene 84 años de existencia, la regenta en la actualidad la tercera generación de la misma familia
- Carlota e Isabel Rosado han recopilado todo tipo de objetos curiosos que dejó su padre, Manuel Rosado, y que describen el desarrollo del comercio durante el último siglo

Hablar de la tienda de Soria en Arahal es dar una oportunidad a la añoranza. Es historia viva del comercio local gracias a las herederas de esta tienda de ropa de hombre, Carlota e Isabel Rosado, el legado de sus antepasados continua, adaptado a los tiempos, única manera de sobrevivir, pero con la impronta que dejaron los genes en su manera de atender a la clientela. Ahora han querido rendir homenaje a la familia, padre, madre, abuelos, tío abuelo, creando un espacio con todo lo que han ido encontrando a lo largo de los años. Echar un vistazo a este rincón es volver 84 años atrás y recorrer una historia cargada de recuerdos que perviven en la memoria de un pueblo.
“Cada cambio de temporada nos hemos ido encontrando lo que ahora está expuesto en nuestro particular museo sobre la historia de Soria Moda Hombre. Un día decidimos reunir todo para mostrarlo a los clientes”, cuenta Isabel Rosado, propietaria junto con su hermana de esta tienda que está ubicada en pleno centro histórico de Arahal, muy cerca de tres iglesias, Veracruz, Santa María Magdalena y el Santo Cristo.

Su ubicación ha sido siempre privilegiada, casi en medio de un triángulo, esquina de referencia para las compras entre las calles Veracruz y Espartero. Esta tienda de ropa de hombre siempre ha apostado por la calidad y sigue en esa línea. Antiguamente, cuando no existían los centros comerciales ni internet, Manuel Rosado, padre de las actuales propietarias y, antes de él, los hermanos Rufino y Antonio Soria, eran instituciones en el comercio local.
Y todo lo que han sido está recogido en la entrada de un local de su propiedad, espacio donde están expuestos los trajes de vestir y complementos de caballeros para celebraciones, situado justo frente a la tienda de Soria, nombre con el que popularmente se conoce a este establecimiento y a la familia que los gestiona. “Somos todos Soria, nuestros hijos también”, dice Carlos Rosado.
Museo en Arahal: objetos curiosos
En el museo que han montado hay muchos objetos curiosos. Un metro de madera usado para medir las telas con rastros de pintura infantil; sellos de tinta en los que figura la antigua dirección de la tienda, la calle Veracruz era Queipo de Llano; recibos de la contribución urbana de 1944; las primeras bolsas de plástico con su marca; ropa interior femenina y masculina, entre ellas un sujetador de encaje y raso y calzoncillos de caballero de la marca Dólar; rodilleras de plástico que recuerdan el mundial de fútbol de España 1982 con su mascota, el Naranjito, en el centro.
Las hermanas Rosado han restaurado un antiguo escritorio en el que vieron a su padre, Manuel Rosado, durante años apuntarlo todo. “Tenemos hasta los recibos de lo que gastó en la celebración de nuestras Comuniones”, dicen. Tienen también las antiguas fichas con las cuentas en las que se pueden leer las entregas semanales y el nombre y apellidos, sobre todo de mujeres, que fallecieron hace tiempo. Incluso una libreta estrecha y vertical en la que Rosado acostumbraba a poner las prendas que las clientas se llevaban a vista. Cualquier vecina que haya pasado por la tienda, tiene estas peculiares libretas en la memoria.
Encima del escritorio hay una máquina de escribir donde se pueden distinguir letras mayúsculas y minúsculas y un antiguo tintero. Las propietaria de Soria Moda Hombre han colocado en este escritorio antiguo un libro de visitas para recoger los testimonios de todas las personas que pasen a ver este rincón con carácter museístico.
Un transistor
Hay en las estanterías letras de madera y números de plástico usados para indicar las tallas o el precio de las prendas. Un transistor con “sonido estéreo” en el que Manuel Rosado escuchaba la radio y el primer radiocassette, con sus cintas en la que anunciaba la vuelta del rock. También el teléfono de mesa, con las ruedas de número giratorias, que se usó durante años, antes de que los móviles fueran un proyecto comercial.
Y entre todos estos objetos curiosos, las hijas de Rosado han seleccionado de su gran colección de llaveros aquellos hacían publicidad de negocios de Arahal, muchos hoy desaparecidos. Pañuelos de hombres personalizados, las primeras corbatas, sábanas de percal, notas de encargos en papeles amarillentos y carcomidos por el paso del tiempo y, por tener tenían guardada hasta la primera nómina de Manuel Rosado que entró con 14 años de ayudante en la tienda de Rufino y Antonio Soria y acabó casándose con la hija de uno de ellos, Pilar.
Los primeros propietarios llegaron de Berlanga un pueblo de Badajoz sin saber que su apellido se convertiría en símbolo de ropa de calidad y de diseños exclusivos, entonces para señora, caballero y hogar. En la actualidad, sólo se han quedado con el género masculino. Esta tienda es recordada porque en ella muchas mujeres de la postguerra compraron el ajuar para casarse pagando las cuentas poco a poco y llegaban cada semana, cuando cobraban el jornal, religiosamente a pagar y a que Rosado les cambiara los billetes “grandes” para echar la semana atrás.
Rufino Soria fue representante de los famosos Almacenes Textuales Peyré de Sevilla, en el museo hay todavía antiguos catálogos de la prestigiosa marca sevillana hoy desaparecida. El representante conocía por su oficio la comarca y el destino quiso que a su mujer, Antonia Escobar Silva, natural de Archidona (Málaga) y maestra de profesión, la destinarán a Arahal en 1941. En el primer piso de esta famosa esquina, donde siempre ha estado ubicada la tienda, su mujer impartía los primeros conocimientos a niños del pueblo. Una vez están establecidos los dos hermanos, entra a trabajar en el negocio un tercero, Pepe, que se queda hasta su jubilación.
Comerciante de los de antes
Manuel Rosado, padre de las actuales propietarias, siguió adelante con el legado y aprendió a cortar paños de tela (a mano), a reconocer las variedades, las composturas para el trabajo o para vestir. Y, sobre todo, aprendió a tratar con el público. Su memoria era tan prodigiosa que fue capaz casi hasta los últimos días de su vida de reconstruir el árbol genealógico de muchas familias de Arahal en una simple charla.
Era comerciante de los de antes y, apenas hablabas con él, te contaba que los días de invierno la tienda era una locura porque la clientela acudía a llevarse la ropa de temporada antes de que el invierno se le echara encima. Un buen conversador que no sólo te vendía la prenda, te dedicaba su preciado tiempo.
Rosado vivió la transformación del comercio, la entrada de la ropa de usar y tirar, y la llegada de internet. Pero la tienda de Soria siguió y sigue siendo referente de calidad, ni los tiempos lograron bajarlo de ese tren en el que siguen montadas sus hijas. Isabel y Carlota sólo han dejado entrar el desarrollo en la tienda abriendo otro escaparate en las redes sociales porque son conscientes de que hay que prestar atención a los años que les ha tocado vivir. No obstante, la calidad en las prendas es el baluarte de este negocio que cumple la friolera de 84 años siendo referente en la comarca.

Muchas de las cuentas que abrieron durante años con nombre y apellidos están aún con la letra de Rosado en fichas y en las libretas verticales. En ellas aparecen apuntadas familias enteras que se dedicaban a labores agrícolas y al trabajo por temporadas, a quienes los propietarios fiaban porque entonces la palabra era ley. Fueron durante años, al igual que pasó con otros pequeños comercios del pueblo, el banco bueno de quienes no podían pagar de golpe todo lo que necesitaban para echar el año atrás.
Ahora, con este pequeño museo que han montado Carlota e Isabel, rememoran estos tiempos y mueven los recuerdos de clientas de toda la vida y su descendencia que siguen confiando en el trato heredado por esta estirpe de comerciantes.
Redactora de El Pespunte.
Periodista sevillana con más de 30 años de experiencia. Fundadora y CEO de AionSur durante 10 años. Especializada en reportajes agrícolas y sociales en la provincia de Sevilla.