El Hospital de Osuna empieza a desangrarse y debemos evitarlo entre todos
Antes de nada, agradecer a todos los profesionales que velan por nuestra salud en el Hospital Comarcal de la Merced de Osuna, Sevilla.
Porque sé que gracias a ellos, a todos ellos, sean personal externo o interno, estos “accidentes” pasan menos veces de las podrían pasar…
Hace unos días, se suicidó un hombre en el hospital de Osuna. Estaba ingresado en la tercera planta de este centro y tras una crisis que mantuvo en vilo a todo el Hospital acabó con su vida. De nada conozco a este hombre salvo que no llegaba a los 40, ni los problemas que tenía ni para estar ingresado ni para acabar, a la postre, con su vida.
Tampoco sé que si con los medios adecuados el desenlace hubiera sido el mismo. Pero nunca el Hospital debería estar en las mismas circunstancias que ese día: NUNCA. Porque un hospital para poder cumplir con lo que se le exige, debe estar dotado de las instalaciones necesarias, el material necesario y sobre todo con el personal necesario para poder atender a la ciudadanía.
Y este Hospital empieza a desangrarse, y al igual que muchas veces cada vez que hemos ido, nos han curado, creo que somos nosotros, los ciudadanos, los que debemos intentar taponar esa herida que hay en este hospital, y parece que no vemos…
Porque es muy triste ver que en todo el hospital de Osuna, un hospital Comarcal y que a todo vecino de este pueblo se hincha por tal honra, sólo hubiera un vigilante de seguridad, cuando no hace mucho había tres por cada turno, y está en la puerta de Urgencias, foco de los “posibles problemas que pueden generarse en un Hospital”.
Porque es muy triste, ver que donde antes había dos enfermeros y tres auxiliares para atender a 30 pacientes de planta ahora sólo hay un enfermero y un auxiliar para atenderlos.
Porque triste es ver, que antes se cubrían las ausencias de personal en período vacacional y ahora esas suplencias no llegan al 25%.
Y porque triste es pensar, que mañana, el que se tire por una tercera planta, puede ser alguien cercano a mí, y yo no haya hecho nada por intentar remediarlo.
Y con todo esto, no quiero señalar a la gerencia del hospital (que debe asumir parte de la responsabilidad), ni a la Consejería de Sanidad (que también tiene que tener su parte de responsabilidad), lo que me gustaría es que alguien con RESPONSABILIDAD asumiera como suyo lo que está ocurriendo, y pusiera, con el dinero de todos nosotros que pagamos a través de los impuestos, las medidas necesarias para intentar evitar que estas navidades haya una familia más preguntándose en silencio, POR QUÉ. Porque en la respuesta a ese POR QUÉ está la solución. Y como sociedad estamos obligados a solucionarlo.
Rafael Ortiz Caraballo