El dulce sabor del triunfo

Las mieles del triunfo, el dulce sabor de quien se sabe vencedor. Los protagonistas de la tarde de toros de hoy en el coso de San Arcadio han degustado este manjar al alcance de pocos y que apenas se da en contadas ocasiones; Una empresa, que ha visto recompensado su esfuerzo con un lleno como el que hacía años no se veía. Unos ganaderos que venían a su plaza, a su pueblo, con toda la ilusión que se puede venir y con una responsabilidad mayor aún, y que a esta hora se encontrarán administrando curas a un magnífico ejemplar que vuelve al campo. Unos espadas que han visto gratificada su entrega con el reconocimiento del respetable y por supuesto, lo más importante, un público que ha salido de la plaza con el regusto de una tarde de toros íntegra y rematada. Los «mediáticos» han hecho las delicias de quienes se han dado cita en el segundo festejo de la feria de Osuna.
Llegaba Juan José Padilla con el aval que supone la Puerta del Príncipe de Sevilla y no ha hecho más que corroborar lo merecido del hecho. El de Jerez ha realizado lo más destacado de la tarde en sendas faenas en la que ha habido cabida para el Padilla más «ciclón» y para el más torero. Recibió a sus dos toros de rodillas con largas cambiadas y se lució en banderillas. En su primero, enjaretó dos tandas por la derecha en las que no acabó de acoplarse al toro de más presencia del encierro. Por la izquierda tendió a quedarse corto y acabó por buscar las distancias cortas y darle muletazo de uno en uno. Tras estocada trasera y un descabello cortó una oreja. El segundo, toro de la tarde, permitió a Juan José torear al natural en varias tandas de enorme calidad. El número 42 de la ganadería de Julio de la Puerta, «Pepeluis» por su abuela «Pepeluisa» que fue tentada por Vázquez, se ganó en la plaza gracias a su calidad y bravura volver a pastar a la Valdivia. Tras varios intentos de entrar a matar, contínuas indicaciones del presidente de que lo hiciera e incluso un aviso, acabó por concederse un indulto que el público pedía con insistencia puesto en pie. La calidad del astado ha sido indudable y ha obtenido el tercer indulto de un toro en nuestro centenario coso, segundo curiosamente del maestro Padilla.
Francisco Rivera se enfrentó en su primero al otro toro de la corrida. Pronto y viniéndose de largo desde el tercio de varas, Paquirri supo sacarle en la muleta algunos destellos de calidad, aunque no quizás los suficientes. El toro metió la cara y se vino al trapo desde el primer toque. Faena de calado en los tendidos que quedó emborronada por el mal uso de los aceros. Silencio. En su segundo Rivera tuvo más voluntad que acierto. Lidió con una rodilla maltrecha tras un tirón en la parte posterior de la misma. Realizó la faena en los terrenos del tendido 8 y el público acabó por valorar su querer hacer otorgándole dos trofeos. Destacable el hecho de que haya banderilleado en su primero a pesar de haber mostrado en recientes entrevistas su reticencia a hacerlo en la presente temporada. Sus compañeros de cartel de hoy habrán tenido algo que ver.
David Fandila «El Fandi», gran conocedor de los astados que hoy se lidiaban, vino a apechugar con el lote más complicado. A ambos toros les ha puesto 4 pares de banderillas, habiéndose vivido momentos de gran tensión con el último de la tarde, toro de «mucho motor» que le ha puesto en aprietos cuando ha intentado en vano pararlo tras el tercer y cuarto par, habiendo tenido que refugiarse en tablas y cayendo estrepitosamente dentro del callejón ante la acometida del astado. En su primero, tiró de repertorio ante un adversario que quizás acusó el desgaste sufrido durante el tercio por excelencia del granadino. En su afán por agradar, alargó la faena y mató de buena estocada consiguiendo dos orejas. Su segundo toro mostró un fondo fuera de lo común hasta el final de la faena, cuando acabó haciendo amago de rajarse. La velocidad que el astado alcanzó durante banderillas, puso en serios aprietos al «atleta» de los toreros que se las vió y se las deseó incluso en el cuarto par que pidió para resarcirse. Comenzó la faena a este de rodillas y en los medios, consiguiendo atemperar la embestida de un animal que mantuvo la boca cerrada hasta bien entrada la labor del granadino. Faena de nuevo larga que le sirvió para cortar un apéndice.
Buena entrada, buenos toros, toreros entregados, ganaderos con un sueño cumplido y púbico satisfecho. La empresa Tauroemoción puede estar conforme con su estreno, ahora solo queda en estos tres años consolidar su apuesta de vertiente «torista» y terminar como se ha empezado. Esto, sin lugar a dudas, solo beneficiará al aficionado ursaonense y por ende a la tauromaquia. Hoy triunfó la vida por encima de todo, hoy tiunfó «Pepeluis».