El Betis por fin entendió cómo se debe jugar un derbi


El Real Betis Balompié ha firmado una victoria que trasciende más allá de los tres puntos. En una noche mágica en el Benito Villamarín, el conjunto verdiblanco remontó al Sevilla FC (2-1) con goles de Johnny Cardoso y Cucho Hernández, pero, sobre todo, con una actitud que cambió la historia reciente de los derbis.
Este triunfo no solo es importante por la clasificación, sino por lo que representa: el Betis por fin supo jugar un derbi. Lo hizo con corazón, con garra y con un espíritu combativo que en otras ocasiones se había echado en falta. La victoria es el reflejo de un equipo y un club que han entendido la verdadera dimensión de este partido.
Un Betis que aprendió de sus errores
En los últimos años, al Betis se le había acusado de plantear mal los derbis, de salir con una intensidad menor y de dejar que el Sevilla impusiera su ritmo. Ayer, todo eso cambió. Desde el pitido inicial, los de Manuel Pellegrini se mostraron como un equipo feroz, con hambre y sin miedo a ensuciarse las manos en la batalla.
El Sevilla golpeó primero con un gol tempranero de Isaac Romero, pero el Betis no se vino abajo. Al contrario, reaccionó con carácter y orgullo, llevándose por delante a su rival en la segunda mitad. Johnny Cardoso, un jugador que representa a la perfección la nueva identidad del equipo, igualó el marcador con una volea imponente. Y poco después, Cucho Hernández, otro futbolista que encarna el espíritu de lucha, culminó la remontada con una definición llena de sangre fría.
El Villamarín, motor de la victoria
Pero esta victoria no es solo de los jugadores. El Villamarín jugó su propio partido. Durante toda la semana, la afición del Betis se volcó como nunca. Desde el entrenamiento a puerta abierta hasta la previa del partido, se respiraba un ambiente de conjura. No era solo un partido más. Era una cuestión de orgullo. Y así lo mostró el respetable, consiguiendo récord de asistencia, con 58.538 almas presentes.
El club también entendió la importancia del momento. Durante días, la entidad se encargó de movilizar a todos los sectores del beticismo: jugadores, trabajadores, directivos y aficionados. Se creó una atmósfera de unidad que tuvo su reflejo en el campo. El Betis, en su conjunto, decidió que este derbi no se podía escapar.
Un Betis que sueña con hacer historia
Con esta victoria, el Betis encadena seis triunfos consecutivos en LaLiga, consolidándose en la lucha por la quinta plaza, que otorgará billete para la próxima Champions League. La dinámica es imparable, y el equipo ha demostrado que está preparado para soñar en grande.
El derbi de anoche no fue solo una victoria. Fue una declaración de intenciones. El Real Betis Balompié ha cambiado el guion, ha desterrado los fantasmas del pasado y ha dejado claro que está dispuesto a pelear por todo.
El Villamarín vibró, el equipo respondió y el beticismo celebró un triunfo que quedará grabado en la memoria. Porque anoche, el Betis entendió lo que significa ganar un derbi.
