Doctor Acedo, ‘Sonrisas para El Salvador’: “Estamos atendiendo a más de 100 personas cada día”

Hablo con el doctor Paco Acedo (Osuna, 1983) a deshoras (para él). Su voz refleja el cansancio tras un duro día de trabajo en El Salvador, pero con una alegría interior que él mismo intenta contener.

El odontólogo ursaonense vuelve a este país centroamericano con su proyecto Sonrisas para El Salvador, tras un parón a causa de la pandemia, tiempo que le sirvió para poder seguir mejorando.

El equipo de odontólogos que encabeza el doctor Acedo ha vuelto con mucha fuerza, con apoyos y materiales de mucha calidad. El premio recibido en 2020 por el gobierno salvadoreño fue un impulso más para seguir volcando su solidaridad con las zonas rurales de este país.

E. P.: Apreciado Paco, ¿cuántos odontólogos os habéis desplazado?

P.A.: En esta ocasión somos siete odontólogos con diferentes especialidades. Hay dos endodoncistas, dos odontopediatras, un odontólogo general y dos odontólogos que nos dedicamos a la cirugía.

¿Os lleváis el material desde España? ¿Cómo los conseguís?

El material nos lo donan tanto las clínicas que participan en el proyecto, como otras que quieren colaborar y, sobre todo, empresas y casas comerciales con las que yo normalmente colaboro.

¿A cuántos salvadoreños atendéis cada día?

Este año estamos batiendo todos los récords, porque estamos atendiendo en torno a cien personas cada día. Pero los dos últimos días se han atendido a 125 y 155 personas. Por lo tanto, ya hemos superado con creces el número de personas que se atendieron la vez anterior, que fueron unas 400 personas, y todavía nos queda una jornada. Las jornadas se realizan en diferentes localidades del país. Hemos tenido dos cercanas a la frontera de Honduras, Corinto y El Mozote, y otras más cerca de la playa, Conxagua, y ayer estuvimos en la Isla del Espíritu Santo. El último día que nos queda es en San Miguel.

Recibiste del Cónsul Honorario de El Salvador en Andalucía la ‘Metopa Consular’ en agradecimiento a los servicios prestados justo cuando tuvimos que confinarnos.

La verdad es que el primer proyecto fue un éxito. Nunca había habido un proyecto odontológico aquí en El Salvador. Tuve la suerte de crearlo y de que el Consulado en Sevilla, a través del Ministerio de Salud, estuviese muy orgulloso y contento. Justo después de esta distinción llegó el confinamiento y nos paró el proyecto del pasado año. Aun así, seguimos trabajando para intentar mejorar algunos defectos que encontramos en el primero y con muchas ganas e ilusión hemos conseguido llevar a cabo este segundo proyecto. Todos los odontólogos que participamos estamos muy orgullosos de poner este granito de arena en El Salvador.

¿Por qué volvéis a repetir? ¿Qué os marcó en vuestra anterior visita a El Salvador?

Cualquier persona que tenga la posibilidad de venir a las zonas más rurales de El Salvador se da cuenta de que viven en la pobreza más extrema. Viven con dos dólares al día como mucho, con escasez de comida y medios, sin medicación… En muchos sitios ni siquiera hay médicos que puedan tratar o van una vez cada dos o tres meses. Y a ese tipo de pueblos, que no tienen nada, poder ofrecerle durante un día materiales buenos, vea a sus niños, les haga un poco más feliz su vida… cualquiera que entienda eso sabe que es un orgullo poder participar. Nosotros siempre decimos lo mismo, por mucho que tú pienses que tú le estás dando a ellos, sin duda alguna estás recibiendo muchísimo más.

Además, Francisco, en tu día a día, tu clínica situada en Sevilla tiene un claro compromiso con la solidaridad.

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En nuestra clínica normalmente tenemos varios proyectos de acción social dentro de la responsabilidad social corporativa y tratamos a niños del Vacie y de las Tres Mil Viviendas, con dificultades. Siempre nos ha gustado, tanto a mis compañeros de la clínica como a mí, participar en este tipo de proyectos. Lo que pasa es que el surgir la posibilidad de llevar a cabo este proyecto de manera internacional se abría una puerta muy grande que yo no quería desaprovechar. Por eso empezamos con “Sonrisas para El Salvador” y a día de hoy está siendo todo un éxito. Espero que continúe.

Algo que quieras añadir, doctor.

Quisiera dar las gracias a todas las casas comerciales y a todas las clínicas que colaboran con nosotros, porque sin ellas esto no sería posible. Pero sobre todo a los compañeros que vienen conmigo y que confían y creen en mí. Gracias a ellos esto se puede llevar a cabo. Dejan sus trabajos, sus familias y, durante una semana que podría ser de vacaciones, están aquí trabajando de manera muy dura, conociendo otra cultura. Este es el principal agradecimiento. Y de modo particular a mi familia, que son los que me permiten estar aquí. A mi mujer y a mis hijos, a quienes no les importa que yo esté aquí una semana. Aunque no esté por casa, ellos lo entienden porque saben que es para hacer una cosa buena.

Y a El Pespunte y a los medios de comunicación, porque gracias a la difusión que le dais a este proyecto me cuesta cada vez más hacer la selección de odontólogos que quieren venir, que cada vez son muchísimos más.

Siempre es una alegría hablar con mis paisanos cuando estoy lejos. Me voy a dormir, que son las dos de la noche y a las cinco comenzamos la última jornada. Y una última cosa: ¡GRACIAS!

 

Álvaro Reina

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