Despedidas

Se acerca la Navidad y con ella, una época especialmente nostálgica en la que echamos más de menos, si cabe, a esas personas que no nos acompañarán en este último tramo del año. ¡Qué duras son las despedidas!, ¿verdad? Nos pasamos los días ajetreados “para arriba y para abajo”, haciendo todos nuestros quehaceres diarios, sumamente importantes, y de repente, llega la vida y zasca. Nos demuestra, una vez más, que estábamos equivocados y que eso, que en ese momento nos parecía tan importante, realmente, no lo era tanto. En esos instantes, lo daríamos todo por volver atrás en el tiempo y poder saber lo que iba a pasar para así, pasar más tiempo con esa persona, despedirnos de otra forma, no haberle contestado de mala manera o ser más cariñosos.
¡Qué curioso! En la mayoría de ocasiones, si lo hubiésemos sabido, hubiésemos actuado de otra forma, sin embargo, a pesar de que no sabemos cuándo será la última vez que compartamos tiempo con una persona o la última ocasión que vayamos a hacer algo, vivimos olvidando esa premisa. Hacemos las cosas de “cualquier forma”, sin tener en cuenta que quizás ya no podamos hacerlo más.
Así mismo, otras veces, dejamos asuntos aparentemente “menos importantes” comopor ejemplo, el pedir perdón o dar las gracias para otras ocasiones. “Mañana…”, “Cuando lo vea…”, “El próximo día…” y así, se nos pasan los días hasta que llega uno en el que ya es tarde.
No se trata de vivir angustiados por desconocer cuándo será el último momento, pero sí, de tenerlo en cuenta en nuestro día a día para que el día que ocurra no nos arrepintamos de todas aquellas cosas que nos gustaría haberle dicho a alguien o haber hecho diferente. Pues, si fuera una tarea del trabajo ¿lo dejaríamos para otro día? Ya que no sabemos cuándo será tarde, ¿Acaso no es esta la tarea más importante de todas las que podemos hacer?
Paula Morales Olivares
Instagram: psicopaau
Twitter: paulamool
Facebook: Paula Morales Olivares