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Desde mi calle – Nuevo día

Desde mi calle – Nuevo día

Como decían Lole y Manuel en aquella bulería histórica, el sol, joven y fuerte, ha vencido a la luna, que se aleja impotente en el campo de batalla. Y es que igual que esa mañana donde el aire olía a pan nuevo y donde el pueblo se desperezaba, el nuevo año amanece como cuando encendías la tele en blanco y negro: con desesperación. Doce meses llenos de tribulaciones, que hasta en sus últimos estertores quiere que nos rindamos, como si tuviéramos que entregarles las llaves de nuestras vidas, igual que hizo Justino de Nassau en el cuadro de Las Lanzas.

Las llaves que abrían un nuevo año las hacíamos los niños y niñas de mi colegio con papel de embalar, donde pintábamos murales de colores con motivos navideños y cantábamos villancicos recogidos de la tradición popular. Niños con baberos azules y blancos, deseosos de cumplir catorce años para dejar aquella especie de cautiverio blando, heredero del espíritu nacional y del Gibraltar español. Muchos de ellos quisieron ser el Vaquilla o El Torete, sabedores de que en cada esquina había una pareja de  Starsky y Hutch en su Ford Gran Torino,  que acabaría por atraparlos. Las niñas, con babis blancos, soñaban que eran princesas de un cuento de Disney y que las vendría a recoger su príncipe azul en una Puch Cóndor, o en una Cota 75. Después se casarían y tendrían un piso en propiedad en cualquier polígono de viviendas del más allá, donde antes todo era campo.

La pandemia nos ha lanzado su última maldición en forma de sexta ola. Algunos que saben de lo que hablan, dicen que después de esto se acabó. Que lo que nos quedará será un mal recuerdo y algunas enseñanzas. No sé si al acabar el año acabará la pandemia. Ya no me fío de ningún vaticinio porque según dice Javier Pérez Andújar, la prudencia es la sabiduría del pobre y a mí solamente me queda ser prudente, como los fueron mis mayores, porque eran sabios y pobres.

Que el año que empieza se lleve por delante todo lo malo que nos ha dejado éste y  traiga viejos horizontes, de los de antaño. Que los Reyes de Oriente vengan cargados de los juguetes que nunca tuvimos y que no podremos tener. Que los peques disfruten de la noche más mágica para ellos. Que dé comienzo ya el Nuevo Día.

 

© Juan Zamora Bermudo

Foto: wiki commons images

 

ELVIS VIVE

Igual que el gato tiene siete vidas, dicen que él tiene cientos. Se fue para siempre en el mes de agosto y quién sabe si el calor tuvo algo que ver. Dicen que sigue sudando y vistiendo con aquellos trajes blancos con incrustaciones, de solapas altas. Dicen que conduce un viejo Ford Capri rojo donde suena su música a todo volumen. Que siempre echa gasolina en una moderna estación de servicio en una isla griega donde nunca hace frío; y mientras espera a que le llenen el depósito, dicen que  tiene tiempo de cantar para quienes le acompañan, Michael Jackson y Bruce Lee.

 

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© Gaelia 2021

Twitter. @gaeliadeideas

 

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