Desde mi calle – El mundo acelerado
El mundo se ha acelerado. En los últimos años estamos asistiendo a la propagación de la velocidad y es este hecho quien nos va a traer una mejora considerable en nuestras condiciones de vida, aunque tengamos que pagar un precio muy caro por ella. La reducción de lo que los americanos llaman SLA (Service Level Agreement) o lo que es lo mismo, una disminución de los plazos en la prestación de los servicios, es uno de los principales propósitos de cualquier empresa en la actualidad. La reducción de plazos en la consecución de objetivos, ha tenido mucho que ver el desarrollo de la vacuna que nos saque de esta maldita pandemia. Reducir y simplificar los procesos, la mejora de los medios de transporte y tantas otras cuestiones, han hecho que nuestra vida, comparada con la de nuestros abuelos, sea como vivir por dos o por tres. El acelerar la vida también comporta poner en riesgo valores del ser humano, como es la paciencia, tomar la distancia necesaria para resolver algunos problemas o resolver un problema tras un periodo de reflexión donde se pongan de relieve los riesgos que puede comportar nuestra decisión.
Gaelia me ha contado que sus hijos no aceptan un “ya veremos” o un “quizás el año que viene”, como lo aceptábamos nosotros cuando éramos niños. Hoy día sus hijos se beben la vida en dos minutos veinte segundos que es lo que debe durar un video en las redes sociales para que tenga miles de “me gusta”. Hoy día está en desuso leer un artículo como éste, leer una novela, escuchar un disco entero de un grupo, como lo hacíamos antaño. Hoy día no hay obras, hay productos culturales que se consumen en un minuto treinta. ¿Sería posible hoy una obra tan descomunal como la de Triana o como la del Último de la Fila, por citar solamente dos ejemplos? ¿Tendrían la repercusión social que tuvieron?. Habrá quien me cite algunos artistas de esa época que siguen en la brecha pero diría que viven de sus éxitos o bien son excepciones a la regla. Creo que lo único que se escapa a esta competencia es el cine, que conserva todavía una esencia romántica que nos cautiva porque no es lo igual ver una película en streaming que verla en una sala acondicionada para contemplar en pantalla gigante alguna obra maestra de los muchos genios que el cine conserva. Afortunadamente, el cine y el teatro siguen regalándonos obras magistrales que merecen ser conservadas en el museo de nuestra memoria. Ojalá la velocidad y este mundo acelerado no se lleven por delante a Woody Allen, Martin Scorsese, Isabel Coixet, Juanjo Millás o Estrella Morente.
Gaelia me ha enviado un micorrelato que se lee en menos de un minuto y que habla de la amistad y de los peligros que algunas de ellas encierran.
Les deseo mucha salud y muchas letras.
© Juan Zamora Bermudo
Amistades peligrosas
Como si de una plaga venenosa se tratara, la desgracia ha entrado en mi vida. La amistad de esa persona que te invade y no te deja salir de su red, por más que lo intentes. Es una especie de Drácula que te vampiriza, te sustrae la voluntad, te absorbe la energía y acaba contigo. Ha derrumbado todo lo que había construido, sin que me diera cuenta. Sin saberlo, su voz, sus ideas y su vida, ha tejido una tela de araña que soy incapaz de eliminar de mi piel, aunque me cambie de ropa y tome mis píldoras.
© Gaelia 2016
@gaeliadeideas
Imagen de stokpic en Pixabay
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